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viernes, 12 de abril de 2019

12 de Abril de 2019

Viernes

Me levanto con luz y con ánimos. He dormido bastante bien… Los viajes en moto me dejan tan cansado que me duermo en cualquier sitio sin problema.

John, uno de los conectores, me lleva a Tikonko donde hay un grupito de gente. Les animo a que sean regulares y a que vengan con otros, en particular las mujeres, que no han venido hoy. Después la moto me lleva a Balei. El conector tiene reunión con los que van a plantar moringa y yo estoy con los maestros y en la finca podando los anacardos y viendo lo que hay que hacer para tratar la enfermedad que les aqueja.

Mientras hago esto, unos cuantos de los concernidos en la moringa han venido. Me llama la atención lo pocos que están presentes y percibo una buena falta de motivación. Lo hablo con John luego y los dos convenimos en que hay que motivar.

Me han presentado semillas de anacardos que han buscado en una plantación y me parecen de buena calidad y les animo a que hagan con ellas el semillero para la escuela y para los que lo deseen.

Nos paramos un momento en Nagoyon y hablamos con Daniel y Alusain esperando que para mañana las cosas estén preparadas y la reunión de parejas sea algo coordinado y serio. Luego en Tikonko vamos a ver una colmena donde las abejas están pacíficamente trabajando con su dueño orgulloso del tesoro que tiene con ellas.

En la finca me entretengo un poco con los que trabajan y ha habido un fuego que ha entrado en la maleza que se había cortado. Por suerte no ha afectado a nada de lo que tenemos plantado. Han comenzado el trabajo los albañiles en la construcción y cuando me traen a casa, desayuno y me acuesto, pues estoy muy cansado.

Después de la comida vuelvo a ver al carpintero, que nada ha hecho y me voy a la finca donde estoy viendo lo que sembramos el día pasado, trabajamos un buen rato en el compost y ponemos en las bolsas las semillas que me dieron esta mañana. Estoy empapado de sudor y cuando voy a cambiar la camiseta, me doy cuenta de que se me han olvidado los recambios en casa… Paciencia, veo lo que los albañiles están haciendo y me encamino hacia el pueblo a pie para asistir al viacrucis, pero cuando llego estoy tan mojado y me veo tan incómodo que pido disculpas a los presentes, me decido a coger una moto y venir a casa a ducharme y cambiarme.


Cena, noticias y crónica componen el resto de la jornada.



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