Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
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viernes, 19 de abril de 2019
19 de Abril de 2019
Viernes
Es viernes santo,
pero mi primera salida es a un pueblo donde no tienen agua y con quienes
intentamos resolver el problema pronto y bien.
El viaje ha sido
sin problemas. Voy con el conector y con dos de los que van a trabajar en el
pozo. Nos hacen esperar un poco, pues la realidad es que ayer hubo una función
en el pueblo cercano y la gente joven ha pasado la noche en la fiesta y ahora
levantarse para una reunión, cuesta… Hasta que pido la lista de los equipos de
gente que va a trabajar en el pozo y paso lista y acaban saliendo de la estera.
Les razono que
estar en la fiesta es posible, pero estar para la reunión del pueblo para tener
agua es obligatoria y todos, pues todos
nos lavamos y bebemos agua cada día. Marco el sitio donde comenzaremos el
trabajo, llamo a los equipos de gente que van a trabajar, pido que me muestren
el sitio en el que va a dormir el pocero que estará con ellos y finalmente nos
despedimos con promesa de que los poceros vendrán esta tarde para comenzar el
trabajo mañana.
Veo que están
motivados, creo que hay buena voluntad, aunque los que no han dormido esta
noche están fuera de control, pero eso es transitorio y después del sueño las
cosas vuelven a su cauce.
Nos paramos en
Lembema, donde el maestro no ha ido a consultar lo de los sordomudos y me
promete hacerlo posteriormente. Saludo a varios maestros. Han acabado las
clases y los críos también me vienen a saludar. En el camino de vuelta nos
paramos un poco, compartimos unas galletas como desayuno, pasamos por la finca
donde veo que los semilleros están bien regados y en casa les doy a los poceros
una cuerda de las que nos llegaron para los pozos y el resto del material ya lo
tienen ellos.
Contacto al que me
cambia el dinero, pues me he quedado sin existencias y tengo que dar un avance
al que va a trabajar en el pueblo para que deje a su familia y antes de comer
me echo un rato, pues sigo con los efectos del viaje en moto a los pueblos, que
me dejan bien cansado, pero un rato de reposo me deja de nuevo en forma para
seguir con lo que toca después.
Hoy es la ceremonia
del viernes en Towama. Voy en una moto. Hay mucho polvo y hace calor. Cuando
acaba el viacrucis comenzamos la ceremonia de la tarde del día y no tardamos
mucho, un poco más de una hora. No he hablado casi en la homilía y he hecho las
cosas breves en el resto. Los que ya tienen el viacrucis antes, están cansados
y se nota.
Finalizada la
ceremonia nos despedimos hasta mañana y encuentro una moto sin mucho problema
que me trae a casa. Es buena hora para hacer la colada y me dedico a lavar con
cierto detalle la mucha ropa sudada y polvorienta de los caminos.
Cuando viene la luz
pongo lo que he lavado en la centrifugadora y así tarda menos en secar leo las
noticias, mando algunos correos y se me caen las persianas, que el día ha sido
sin mucho tiempo para descansar. Espero dormir para estar en forma mañana.
Es viernes santo,
pero mi primera salida es a un pueblo donde no tienen agua y con quienes
intentamos resolver el problema pronto y bien.
El viaje ha sido
sin problemas. Voy con el conector y con dos de los que van a trabajar en el
pozo. Nos hacen esperar un poco, pues la realidad es que ayer hubo una función
en el pueblo cercano y la gente joven ha pasado la noche en la fiesta y ahora
levantarse para una reunión, cuesta… Hasta que pido la lista de los equipos de
gente que va a trabajar en el pozo y paso lista y acaban saliendo de la estera.
Les razono que
estar en la fiesta es posible, pero estar para la reunión del pueblo para tener
agua es obligatoria y todos, pues todos
nos lavamos y bebemos agua cada día. Marco el sitio donde comenzaremos el
trabajo, llamo a los equipos de gente que van a trabajar, pido que me muestren
el sitio en el que va a dormir el pocero que estará con ellos y finalmente nos
despedimos con promesa de que los poceros vendrán esta tarde para comenzar el
trabajo mañana.
Veo que están
motivados, creo que hay buena voluntad, aunque los que no han dormido esta
noche están fuera de control, pero eso es transitorio y después del sueño las
cosas vuelven a su cauce.
Nos paramos en
Lembema, donde el maestro no ha ido a consultar lo de los sordomudos y me
promete hacerlo posteriormente. Saludo a varios maestros. Han acabado las
clases y los críos también me vienen a saludar. En el camino de vuelta nos
paramos un poco, compartimos unas galletas como desayuno, pasamos por la finca
donde veo que los semilleros están bien regados y en casa les doy a los poceros
una cuerda de las que nos llegaron para los pozos y el resto del material ya lo
tienen ellos.
Contacto al que me
cambia el dinero, pues me he quedado sin existencias y tengo que dar un avance
al que va a trabajar en el pueblo para que deje a su familia y antes de comer
me echo un rato, pues sigo con los efectos del viaje en moto a los pueblos, que
me dejan bien cansado, pero un rato de reposo me deja de nuevo en forma para
seguir con lo que toca después.
Hoy es la ceremonia
del viernes en Towama. Voy en una moto. Hay mucho polvo y hace calor. Cuando
acaba el viacrucis comenzamos la ceremonia de la tarde del día y no tardamos
mucho, un poco más de una hora. No he hablado casi en la homilía y he hecho las
cosas breves en el resto. Los que ya tienen el viacrucis antes, están cansados
y se nota.
Finalizada la
ceremonia nos despedimos hasta mañana y encuentro una moto sin mucho problema
que me trae a casa. Es buena hora para hacer la colada y me dedico a lavar con
cierto detalle la mucha ropa sudada y polvorienta de los caminos.
Cuando viene la luz
pongo lo que he lavado en la centrifugadora y así tarda menos en secar leo las
noticias, mando algunos correos y se me caen las persianas, que el día ha sido
sin mucho tiempo para descansar. Espero dormir para estar en forma mañana.
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