Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
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domingo, 28 de abril de 2019
28 de Abril de 2019
Domingo
Me cuesta dormir y
me levanto con sensación de cansancio y es normal porque el calor se deja
sentir. A pesar de todo me preparo para los pueblos y comienzo en Nagoyon,
donde no hay mucha gente y les hablo de la necesidad de estar unidos a la
comunidad, pensando en el caso de Tomás que nos cuenta el evangelio. Creo que
les cuesta el trabajo de la tierra y los alrededores de la iglesia dejan qué
desear y les animo a que hagan algo para mostrar su interés por lo que tienen
entre manos.
En Tikonko me
encuentro con muy poca gente. Parece ser que ha habido fiestas nocturnas y
después de la jarana no les ha quedado tiempo para ir a la misa el domingo. Los
que están no son los que tienen que escuchar la bronca, sino los que no han
venido. Habrá que buscar el momento en que les podamos encontrar.
Como me queda
tiempo suficiente antes de venir al pueblo siguiente, me doy una vuelta por
Lembema, el pueblo donde hay una escuela y con los críos tratamos de crear una
comunidad, pero hoy me encuentro con la puerta cerrada. Es posible que se hayan
adelantado a la hora.
En Towama los de siempre
y la normalidad. Intento explicar la dificultad que tengo de que hay muchos que
vienen a misa y no comulgan. Creo que hay que dar tiempo y hacer que las cosas
vayan madurando a partir de leer el libro que han recibido y que se han tomado
con interés.
Vengo a casa y me
siento cansado por lo que me echo la siesta y luego como un poco de arroz para
salir de nuevo hacia Towama donde tenemos reunión de los líderes de los
diferentes pueblos y escuelas.
La reunión pasa por
la normalidad, explicaciones, iniciativas y debates si cotizar o no hacerlo. Me
parece que hay comunidades que están
preparadas para ello y otras menos, pero veremos a ver dónde llegamos.
Finaliza la
reunión, un arroz no muy picante y unas conversaciones con unos y con otros y
la vuelta a casa con los maestros que mañana se incorporan al trabajo del
college.
Me siento cansado y
con fiebre. No hay luz y me tomo un poco de arroz para poder tomarme las
pastillas del paludismo, pues más vale prevenir. Sudo, duermo un rato, más
tarde cuando viene la luz del generador, abro el ordenador y sigo el resultado
de las elecciones. Espero que una noche de sueño me ayude a estar mañana en
forma.
Me cuesta dormir y
me levanto con sensación de cansancio y es normal porque el calor se deja
sentir. A pesar de todo me preparo para los pueblos y comienzo en Nagoyon,
donde no hay mucha gente y les hablo de la necesidad de estar unidos a la
comunidad, pensando en el caso de Tomás que nos cuenta el evangelio. Creo que
les cuesta el trabajo de la tierra y los alrededores de la iglesia dejan qué
desear y les animo a que hagan algo para mostrar su interés por lo que tienen
entre manos.
En Tikonko me
encuentro con muy poca gente. Parece ser que ha habido fiestas nocturnas y
después de la jarana no les ha quedado tiempo para ir a la misa el domingo. Los
que están no son los que tienen que escuchar la bronca, sino los que no han
venido. Habrá que buscar el momento en que les podamos encontrar.
Como me queda
tiempo suficiente antes de venir al pueblo siguiente, me doy una vuelta por
Lembema, el pueblo donde hay una escuela y con los críos tratamos de crear una
comunidad, pero hoy me encuentro con la puerta cerrada. Es posible que se hayan
adelantado a la hora.
En Towama los de siempre
y la normalidad. Intento explicar la dificultad que tengo de que hay muchos que
vienen a misa y no comulgan. Creo que hay que dar tiempo y hacer que las cosas
vayan madurando a partir de leer el libro que han recibido y que se han tomado
con interés.
Vengo a casa y me
siento cansado por lo que me echo la siesta y luego como un poco de arroz para
salir de nuevo hacia Towama donde tenemos reunión de los líderes de los
diferentes pueblos y escuelas.
La reunión pasa por
la normalidad, explicaciones, iniciativas y debates si cotizar o no hacerlo. Me
parece que hay comunidades que están
preparadas para ello y otras menos, pero veremos a ver dónde llegamos.
Finaliza la
reunión, un arroz no muy picante y unas conversaciones con unos y con otros y
la vuelta a casa con los maestros que mañana se incorporan al trabajo del
college.
Me siento cansado y
con fiebre. No hay luz y me tomo un poco de arroz para poder tomarme las
pastillas del paludismo, pues más vale prevenir. Sudo, duermo un rato, más
tarde cuando viene la luz del generador, abro el ordenador y sigo el resultado
de las elecciones. Espero que una noche de sueño me ayude a estar mañana en
forma.
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