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viernes, 5 de abril de 2019

5 de Abril de 2019

Viernes


Me ha costado mucho encontrar el sueño, por una parte a cuenta del calor, pero yo creo que hay algo más. He tenido tiempo para rezar y pensar en muchas cosas.

Cuando el despertador llama estoy en vela y me apresto a llamar a quien me llevará en la moto a rezar a Tikonko. Viene puntual y llevamos dos cajas de libros una para Tikonko y la otra la dejamos en Lembema, donde saludo de forma especial al niño que es sordomudo y cuando el que me ha llevado en moto me dice que conoce una escuela para sordos en Bo, a la vuelta vamos directamente en su busca.

Me encuentro con un grupo de chavales que tienen problemas para hablar y me entretengo un momento con ellos por gestos. Creo que nos hemos hecho amigos, aunque el objetivo era  saber si podía encontrar una plaza para el de Lembema y me han ofrecido algo después de las vacaciones de semana santa.

Cuando vuelvo a casa ya han salido los de la peregrinación diocesana y me voy directamente a descansar un rato, pues estoy cansado y descansar es lo mejor que puedo hacer.

Me llama el mecánico que le coche tiene problemas de piezas y, como los otros han ido a la peregrinación, allá voy a ver qué pasa. La realidad es que un coche que le metes en la pista de forma regular es un coche que se fastidia antes de lo que puedas pensar. Y seguiremos esperando si nos vienen las piezas o si se ofrece otra solución.

Después de comer estoy leyendo un rato y luego voy al mercado y a buscar precios de baterías que me ha pedido Carlos. Luego voy a la finca y estoy en el viacrucis de Towama para volver a casa en el taxi moto de tres ruedas que nunca había usado hasta ahora.

Me encuentro cansado y me voy a dormir pronto, aun sabiendo que mañana no hay prisa por levantarse, pero el cuerpo no me da para más.


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