Por la
noche llovió y la temperatura refresca de forma que puedes dormir bien. La
mañana de nuevo lengua local y la tarde para ir a Lembema, pueblo en el que las
cosas tardan en arrancar.
Hoy
voy saludando a la gente y veo los preparativos para una fiesta tradicional, lo
que quiere decir que habrá de beber. Hablo con uno de la comunidad el problema
de la bebida y me dice que ayer mismo ha decidido dejarlo definitivamente. Le
digo que rezaré para que la decisión sea firme.
El
rosario, no muy concurrido, pero por lo menos hay una quincena, lo hacemos un
poco antes de tiempo. Me da la impresión de que están esperando que comience la
fiesta tradicional y no quieren que la oración y la fiesta coincidan. Les digo
que el domingo me presentaré de nuevo y que espero rezar con ellos y siendo más
numerosos.
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