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domingo, 11 de mayo de 2014

11 de Mayo de 2014

Domingo

Como cada domingo salimos temprano hacia los pueblos. Hoy llueve y el camino está mojado con lo que hay que prestar especial atención a los posibles problemas de cualquier tipo.
       Dejo a Jos en Tikonko. Hoy vendrá el obispo para la misa, pues hay un arreglo de un terreno que darán a la Iglesia y también vienen de la capital para preparar la ceremonia de las ordenaciones que habrá en julio. Mientras todo esto pasa, yo estoy en los pueblos y un tanto ajeno a la situación.
       En el primer pueblo les cuesta llegar, pues como ha llovido y hace fresco, se está bien en la estera.  Me acompaña la madre de Daniel, un salesiano cura de aquí y que ha venido ya varias veces antes. Creo que es una cosa muy buena pues al ser catequista y conocer la lengua, siempre interviene en cualquier momento y te ayuda a completar ideas y a que la gente pueda comprender mejor lo que explicas.
       Hoy la figura del “buen pastor” es un problema para explicarla, pues aquí no hay vacas, ovejas o cabras en los pueblos, y si hay alguna, no están en vecerías, ni las guarda un pastor. Aquí son agricultores y los nómadas “pel”, los que son pastores y siguen a sus rebaños, no están por aquí cerca. Así que he tratado de tener inventiva y buscar imágenes que me ayuden a explicarlo.
      Lo primero que he visto es la imagen del buen pastor que está en la última página del calendario de este año… Y eso me ha llevado a la estatua que tengo como recuerdo de los veinticinco años de ordenación.
       Por asociación de imágenes, he empezado por la imagen que tenemos en el calendario, y ahí todos conocen a María y a Jesús. A medida que vas viendo las hojas por detrás, van conociendo a Don Bosco y otros personajes. Y cuando llegamos a la última página aparece el buen pastor. Explico la imagen y la ven todos. Luego con mucho misterio saco de la mochila un envoltorio en una bolsa de plástico y finalmente aparece la estatua el buen pastor, que a todos les llama la atención, porque no la conocen. La muestro de cerca, hago que la toquen y la vean con cierta calma y seguimos explicando  que Jesús es el buen pastor para nosotros.
       La madre de Daniel lee el salmo veintitrés en mende y de forma espontánea una señora empieza una canción que los demás siguen y que ella les ayuda a cantar. Creo que ha sido una buena intervención y cuando luego pregunto si durante la semana se acordarán, alguien me dice que incluso van a cantar la canción.
      También el viernes, mientras rezábamos el rosario al oscurecer, vi cómo una gallina con pollos se metía en la cesta en que las llevan al campo para que coman insectos. Creo que es la figura más cercana de lo que es ocuparse de los animales que he podido encontrar por aquí. Les gusta la imagen y vuelvo a recordarles que así se ocupa el Señor de nosotros.
      Al final de la oración hay varios que vienen a Tikonko, pues hay reunión y el vehículo está lleno, pues aunque llueva, siempre hay quien viaja y está en el camino.
      En el pueblo siguiente repetimos más o menos la misma idea, pero aquí insisto también en que es el día de las vocaciones e invito a la madre de Daniel, como madre de un cura a que hable a los presentes, y estoy de manera especial pensando en las parejas con los que me reúno, para animarlas a rezar y pensar en que si sus hijos tienen vocación, que les alienten y acompañen.
        Como Jos ha tenido ocasión de volver a casa y acompañar a los que han venido de Freetown, aprovecho para estar un buen rato en la reunión de la gente de los pueblos en Tikonko. Es algo que nos hemos encontrado y que nos parece bueno y no queremos cortar la iniciativa, aunque sí orientar, si es necesario
        Cuando vuelvo a casa son las dos y media y encuentro a Jos, pues los otros han ido a visitar familias. Como, echo la siesta y a las cuatro vuelvo de nuevo a la carga, pues hay que ir al pueblo en el que aún no han empezado a rezar el rosario…
        Esta mañana en la reunión pedí ayuda y hubo dos personas que me dijeron que me acompañarían. Me encuentro con ellas en el camino y, a pesar de la lluvia, nos presentamos en Lembema.
      Buscamos a un maestro, luego viene otro; luego, guiados por estos maestros, vamos a la casa de un bautizado y, antes de que lo piense dos veces, ya se han dispuesto a rezar el rosario.
       El sitio en el que estamos es un soportal amplio que nos permite estar a techo y no ser molestados por la lluvia y está en el medio del pueblo. Allí van llegando primero los críos y luego unos cuantos adultos. Al final había unos cincuenta críos y una docena de persona mayores.
       Las personas que me han acompañado leen el evangelio, tratan de presentar la figura del buen pastor como preparación antes de comenzar el rosario. Los críos están atentos un rato, luego unos se cansan y se distraen, otros se duermen… Los dos que tengo a mi lado acaban dormidos apoyados en mí y no puedo moverme, pero eso no me impide ver cómo la mayoría de los críos no saben las oraciones en su lengua y algunos de los adultos que han venido tampoco son capaces de rezar en su lengua, lo que me hace pensar que, si es que piensan venir a rezar, hay trabajo que hacer.
       Para finalizar les doy la bendición y les pregunto si están dispuestos a rezar el rosario los días que quedan del mes de mayo. Algunos me  dicen que sí, pero que necesitan quien les ayude. Les prometo estar mañana con ellos y ellos me dicen que estarán a la cita. Esperemos que sea cierto, porque ya voy descubriendo que hay gente cuya especialidad es decir que sí y luego…
       Llevar a la gente que me ha acompañado a sus pueblos y volver a casa, lo hago de noche, pues como está nublado anochece antes. Cuando entro en casa son las ocho. Jos y los otros han salido y me encuentro con Peter cuando vuelven y estoy acabando de cenar.
      Y Seguimos viendo milagros, pues esta tarde tenemos luz y aunque no es de mucha potencia y a veces se va, por lo menos me permite leer las noticias y hacer la crónica con una cierta calma, cosa que hasta ahora tenía dificultades para hacerla.
      Peter se ha ido a la cama, pues estaba cansado. Ha madrugado, ha conducido y mañana le espera el regreso. Yo consulto el correo, leo las noticias y me pongo a escribir. Aunque estoy cansado, sé que es mejor escribir hoy que dejar las cosas para mañana, pues la memoria está más fresca ahora y además contamos con luz, cosa que mañana, Dios dirá…

         Por lo menos creo que ha sido un día completo y en el que he encontrado a mucha gente y he tenido experiencias agradables. Le agradezco a Dios que me permite vivir esto y compartirlo con vosotros y le pido que sea nuestro buen pastor y nos ayude a serlo también con los demás.

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