Por la noche ha
llovido largamente, llegando hasta bien entrada la mañana, lo que con el cielo
plomizo da una sensación de pesadez, pero como cada vez que llueve refresca un
poco, por lo menos no se suda tanto y la sensación es más agradable.
La mañana la
dedico a la lengua y a salir al mercado. Si no encuentro lo que busco, por lo
menos he podido poner carburante en el vehículo y tener las cosas listas para
mañana y el lunes que pensamos ir de viaje.
Por la
tarde viene Jos hasta Tikonko y yo voy a la reunión de las parejas. Hoy hay ocho
parejas completas. Los preparativos de la semana han dado su fruto y nos
acompaña la madre de Daniel, el cura salesiano. Cuando ve la situación me dice
que eso no existe en ningún sitio y que está sorprendida de ver lo que acaba de
ver. Le digo que es algo que está bien claro en el evangelio y que quizás somos
los curas los que no hemos sabido transmitirlo a los matrimonios.
Los nuevos
nos dicen que están encantados con lo que están descubriendo, pues desde el
martes han rezado juntos y dicen que las cosas están cambiando mucho para ellos.
Los otros matrimonios les hacen ver que hay cosas que van a cambiar mucho en sus
vidas y que merece la pena vivir esta situación. A mí me encanta ver que no
tengo que ser yo quien les dice a los que acaban de llegar las cosas, sino las
otras parejas, con lo que todos se ayudan y se afianzan.
Entre las cosas
que han compartido una pareja ha dicho que el marido ha ido a ayudar a uno que
nunca colabora con los demás y siempre está interesado en sus cosas, de forma
que cuando ha visto que él había trabajado en su campo sin pedirle nada a cambio
le ha sorprendido y está más positivo con los demás.
Cuando la
madre de Daniel les ha dicho que esto no existe en otros sitios, yo les he
animado a dar gracias a Dios porque ellos lo están viviendo los primeros, pero
también les he recordado la responsabilidad de compartirlo con otras parejas,
así que durante la semana ya saben que están invitados a visitar nuevas parejas
y traerlos a la reunión para que vena de lo que se trata y compartan
experiencias.
También tengo un
problema con una rueda, que está baja de aire, pero cuando trato de cambiarla me
doy cuenta de que el gato no está en forma y no lo puedo hacer. Por lo menos
hemos tenido la suerte de volver a la ciudad sin novedad y hemos puesto aire en
la rueda, veremos si mañana podemos salir sin problemas y pensamos en comprar el
gato en el mercado, si es que lo encontramos.
En el camino nos
ha empezado a llover, pero por suerte ha sido algo pasajero, pues cuando hemos
llegado a la ciudad ya se había acabado la lluvia y hemos podido poner el aire
sin mojarnos.
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