Jueves
Cuando
preparé este documento en el mes de abril, me parecía todavía muy lejana la
fecha, pero aquí estamos, y somos conscientes de que todo llega.
Hemos tenido una lluvia continua y persistente durante toda la noche y la
mañana amanece clara y tranquila, aunque nos afanamos en barrer y limpiar alas
de insectos que vienen a la luz a miles. Es algo curioso la experiencia de
barrer alas con un poco de viento. No sabes para donde barrer o cómo hacer, pues
puedes pasar las veces que quieras y sigues viendo alas de paseo por un sitio y
por otro.
He ido a ver el
pozo y todavía no hay compresor, pero se me han presentado un par de críos
pidiendo auxilio. Los líos que se traen tratamos de resolverlos con un asistente
social. Veremos en qué dan, pues las cosas no están claras. Por lo menos hemos
tratado de hacer lo que hemos podido con ellos.
También están
aquí los que vienen a recoger y desgranas los granos de las palmeras de aceite.
Es algo que nunca había visto, pues en los países donde he estado siempre era
mucho más al norte y allí no se dan las palmeras de aceite. Algo interesante ver
el trabajo que da y lo que te pide de manipular todo un proceso largo y
complicado, pero la gente lo domina y están acostumbrados a ello, desde subir al
árbol a cortar los racimos, hasta transportarlos, pelarlos, escoger los
frutos…
Como hoy
no tenemos cocinero y no hay mucha comida decidimos salir a comer y vamos al
único restaurante que conocemos, pero mira por donde, hoy está cerrado. Seguimos
adelante y entramos en el primero que encontramos, que por cierto ni me había
fijado en él y eso que habré pasado por delante decenas de veces. La comida es
aceptable y el precio razonable.
Como
seguimos sin conexión, después voy un rato a un cíber y veo que no hay noticias
de Manoli. Esperemos que todo siga bien.
Por la
tarde aquí los críos están en el oratorio y yo me voy a un pueblo, pues vamos a
comenzar el rosario del mes de mayo y les he prometido que estaré con ellos para
ayudarles si es que tienen problemas. Pero los que no estaban el domingo, hoy sí
que están y entre todos rezamos el rosario, en mende, y me doy cuenta que soy
capaz de seguir el avemaría con su ritmo y que me salen las palabras sin dudar…
Hasta a mí me llama la atención, pues creo que es una de las cosas que más te
suele costar, ponerte al ritmo de rezar de la gente. Crep que también a ellos
les ha llamado la atención el que sea capaz de hacerlo. Por lo menos estoy
contento de los muchos ratos que le he dedicado a la lengua y a las oraciones y
a la misa en particular. Cuando la gente ve que te esfuerzas en cualquier cosa
de su lengua, se sienten contentos y te aceptan como uno de ellos con mucha
mayor facilidad.
También estoy contento que mi primera
oración del mes de mayo en mende sea para Ella y le pido que nos proteja y nos
dirija durante todo el mes a
cuantos vamos a rezarle cada tarde.
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