Hemos
tenido luz una buena parte de la noche y por la mañana. El hecho es que si hay
luz no tenemos el ruido del grupo electrógeno, lo que te permite vivir el
silencio de la mañana y los diversos ruidos, entre ellos el canto de los
pájaros, cosa agradable de
escuchar.
Salgo un rato a
la ciudad a comprar el gato para el vehículo que el otro se nos ha estropeado y
a la vez paso por la peluquería. En tres minutos me han dejado libre de
problemas para dos meses, así que ya puedo ir al peluquero para cuando vaya de
vacaciones. El resto de la mañana lo dedico a estudiar la lengua.
Después de
la siesta y leer un rato, voy a los pueblos. Hoy he ido a Valehun y he estado un
rato desgranando cacahuetes con un señor que lo estaba haciendo. No habla ni
palabra de inglés, pero sí un poco de criollo con lo que logro entender algo de
lo que dice. También hay un río de
la escuela que sabe algo de inglés y a veces traduce alguna palabra.
Luego ha
aparecido uno de los maestros y nos hemos dado una vuelta por dos pueblos, el
primero Mokumba, es como me ha escrito el maestro, Mokambo veo en el mapa, cerca
de Valehun y del que vienen muchos niños a la escuela a Valehun, además de un
maestro que reside en ese pueblo y da clases en la escuela aquí.
Es el
maestro quien nos recibe y con él vamos saludando a la gente del pueblo. Entre
otras cosas me doy cuenta de que tienen problemas de agua y les digo que estoy
dispuesto a ayudarles a hacer un pozo, que se presenta fácil, pues no me parece
profundo, ni problemática la construcción. Veremos a ver lo que sale.
Volvemos
sobre nuestros pasos y emprendemos una desviación en el camino hacia otro
pueblo, un poco más alejado y del que vienen varios críos a la escuela a
Valehun. Pelewahun me ha escrito el maestro. Aquí la sensación es bien
diferente, pues hay muchos críos que no van a la escuela… Y me dicen que el jefe
del pueblo es un maestro que da clases en otro pueblo al que se desplaza cada
día.
Hablo con
un grupo de jóvenes que me acompañan mientras vamos saludando a las diversas
familias en sus casas. Me piden que les ayude. Sé lo que son esas peticiones y
les digo que el maestro que me acompaña está mucho más cerca y que si me quieren
contactar puede ser a través de él. La invitación está hecha, esperemos a ver la
evolución de las cosas. Lo de ver tantos críos que no van a la escuela me ha
llamado la atención. Habrá que seguir la evolución de las cosas y ver cómo hacer
que vayan a una escuela.
También ha venido a saludarme efusivamente una señora, cosa que me ha
sorprendido un poco, pero al acercarse he comprendido, ha bebido más de la
cuenta. Y parece ser que es uno de los problemas del pueblo, el que mucha gente
bebe.
Volvemos para
empezar el rosario que rezamos en la casa de una familia, somos una docena de adultos y otros tantos
niños, la mayoría de los cuales acaba durmiéndose durante el mismo. Al final les
digo que este mes me he hecho presente una vez por semana para rezar con ellos
el rosario que a partir de la semana que viene que el rezo del rosario termina,
si les parece, puedo venir para encontrarnos para rezar o para hacer catecismo
una vez por semana. Espero respuesta el domingo.
La vuelta
a casa sin novedad y al llegar estamos con el grupo electrógeno, pues la
corriente de la ciudad se ha ido y no ha vuelto desde la tarde.
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