Viernes
Aunque ayer
amenazaba lluvia, finalmente no cayó, pero el ambiente es de mucha humedad y a
veces está nublado. Hoy voy a ver el pozo y han traído un compresor, que es
nuevo, no así el martillo y los buriles, pero ahí están dispuestos a empezar la
tarea.
Al final de la
mañana me vienen a llamar para decirme que lo del pozo no marcha, que no hay
forma de romper la roca con el martillo. Voy, veo las cosas y mi impresión es
que los que tienen que trabajar con el martillo no dominan el trabajo, pero
prefiero esperar a ver lo que pasa. Con la monja nos ponemos de acuerdo que
veremos qué decisión tomar y no hacerlo con precipitación.
En casa
hoy nos hemos propuesto con el cocinero hacer unas tortillas, pero el caso es
que no sabe qué es una tortilla española. Hemos quedado que comprará las patatas
y las cebollas y el resto lo tenemos en casa, así que se presentó esta mañana y
lo primero que me trae que había comprado no son patatas son
boniatos.
A pesar
del contratiempo, nos decidimos a hacer la tortilla y, bueno, para ser la
primera vez que lo hacíamos, no salió tan mal. Por l menos se podía comer. Jos
no le puso reparos. El coci también tomó un trozo y quedamos que la próxima lo
haremos mejor que esta vez.
Por la
tarde voy a pueblos. Esta vez le toca a Valey. Rezamos el rosario, después de
haber recorrido el pueblo saludando a los vecinos, a las familias que han
visitado para rezar con ellas, las parejas en particular, para animarles en el
camino emprendido.
Para el rosario
hay una treintena de personas, muchos críos pequeños, que acaban durmiéndose,
pues está anocheciendo y al estar quietos, no tarda en atacarles el sueño. Los
adultos les van retirando y llevándolos a casa a da estera.
Cuando
vuelvo a casa son las ocho y media.
No hay comentarios:
Publicar un comentario