Volvemos a
la rutina de cada día, por la mañana en casa estudiando y después de comer un
rato de estudio, otro de lectura y visita a los pueblos. Hoy he decidido ir a
Lembema a ver si siguen rezando el rosario.
He
encontrado a dos jóvenes por el camino y me han dicho que van al mismo pueblo.
Me conocen bien y me dicen que soy el que anda por el pueblo con los críos.
Cuando llegamos los primeros que salen a saludarme son los niños y ellos me
agradecen el que les haya traído. Voy saludando a la gente, a los mayores en
particular. Hay varios ciegos y el darles la mano y el saludarles personalmente
es algo que aprecian. También hay gente que está enferma, hoy dos maestros y el
tercero no está en el pueblo, con lo que las cosas se presentan problemáticas
para el rosario.
Pero
repentinamente hay una circunstancia que se hace presente. Se ha nublado el
cielo, está casi oscureciendo y la lluvia se anuncia por momentos, lo que me
hace olvidar la cuestión de rezar y pensar en ponerme en camino cuanto antes
para que la lluvia me pille lo más cerca de casa posible.
Poco
después de salir del pueblo empieza a diluviar y me adapto a la circunstancia.
Voy despacio y con las luces encendidas. Como conozco el camino no me preocupa,
pues sé que no habrá problemas. Hay dos personas que vienen del campo en la
misma dirección y les ofrezco un
sitio en el coche. Están calados, pero por lo menos se les ahorra el trayecto
que es largo. Me dan las gracias y les dejo en el sitio a donde van.
Hoy he
controlado la temperatura y en menos de cinco minutos ha bajado de 32 grados a
23 en el termómetro del coche. Es algo así lo que pasa cada vez que llueve,
estás a una temperatura de unos treinta y bajas a menos de veinticinco. Lo
suficiente para que se note la bajada y que dejes de sudar.
Por el camino,
lleno de charcos y arroyos, las cosas han ido pasando. En dos momentos había
árboles cruzados, (hizo mucho viento), uno de los cuales me hizo salirme del
camino, pero no hubo mayor problema. Ya en la ciudad había los charcos debidos
al mal drenaje de ciertos sitios y la gente estaba contemplando el espectáculo
de ver pasar los coches por los charcos que se han formado. Hay muchas ramas de
árboles por el suelo, lo que dice que el viento ha sido fuerte.
En
casa ha habido sus problemas, pues aquí ha caído granizo y también había alguna
ventana abierta, así que cuando ha llegado Jos, que lo ha hecho antes que yo, se
ha dedicado a recoger el agua que ha entrado, en su habitación en
particular.
Estamos
funcionando con el grupo electrógeno, pues la luz de la ciudad vino unas horas
tres días, pero después ya no ha vuelto más. Hoy tampoco funciona la conexión a
internet. Y la lluvia ha vuelto varias veces por la noche, así que estamos
pasados por agua.
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