Por la
noche ha llovido y la mañana amanece con niebla. Después del desayuno salgo a
comprar algunas cosas de comer y luego nos visita un diácono con quien mañana
pensamos visitar una escuela. Después una llamada del obispo nos lleva a
visitarle. Le hablamos de las fechas de la ordenación de los diáconos y del
encuentro de los jóvenes que tendrá lugar en Bo en el mes de julio. Hay mucha
gente que quiere visitarle y estamos poco tiempo, otro día habrá más
tiempo.
A la tarde
voy al pueblo del catequista. Agustin, el que me ha pedido un encuentro
personal, no se ha presentado. Por lo menos he tenido tiempo de hablar un buen
rato con el catequista y después cuando ha comenzado la lluvia, me he vuelto
para casa, pues no estoy seguro que esperando las cosas se pongan mejor y el
camino es mejor pasarle con luz que de noche. Uno de los polis del control me
pide si le puedo traer a la ciudad. Por supuesto que se siente a gusto y me
agradece el servicio, además ahora que está lloviendo copiosamente
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