Por la mañana
estudio, después voy a pagar la luz con el cocinero y le acompaño hasta el sitio
donde estudia, por cierto lejos; luego viene de nuevo Agustín con quien
pasamos un buen rato hablando de su profesión. Hay varios aspectos que tiene que
acabar de perfilar y que debe organizar con la familia.
Por la tarde voy
al pueblo del catequista, le llevo desde aquí, pues ha venido para preparar
alguna cosa y estudiamos un rato lengua. No está muy ambientado, pues está
pensando en otras cosas y le cuesta concentrarse y responder a mis
preguntas.
Aparece un personaje que ya me ha hablado varias veces que va a venir a
las reuniones con las parejas, pero hoy viene con una cabra y me dice que va a
hacer un sacrificio. Veo la situación en la que se encuentra y busca un
agarradero a la falta de apoyos que tiene, pero yo creo que no se la puedo dar
porque el problema serio que tiene es que no tiene fe… Y esto lo notas por cómo
reacciona.
Acaba de perder
una de las dos hijas que tiene de forma inesperada, se sitió mal y se murió.
Entonces está en un momento muy particular de la situación que vive y que tiene
que compartir con la familia y busca quien le apoye.
Sé lo que
es vivir esos momentos y en la religión tradicional de la familia, donde las
cosas no las tiene claras, no ve un asidero; pero como tampoco tiene fe en
Jesús, yo tampoco le puedo ofrecer una alternativa, y el hombre se encuentra
incómodo.
Como es
maestro y habla bien inglés, estoy un rato hablando con él y haciéndole ver que
la seguridad que busca yo no se la puedo dar, que la fe de la que le hablo no es
algo que se compre en la tienda por kilos, que es una planta muy delicada, que
tienes que plantar y cultivar a medida que va creciendo y mimar cada día con
cuidados y atenciones delicadas.
Me
llama la atención ver cómo me sigue y me pide que el lunes nos veamos y nos
podamos hablar con calma. Le digo que no hay problema por mi parte y que por la
tarde nos podremos encontrar.
Con
estas se va con su cabra para el sacrificio, comprará un saco de arroz y se lo
comerán los miembros de su familia y los de la familia de su mujer el domingo,
después de haber decidido quien hace cada cosa el sábado. Esto es lo que hacen
en la tradición aquí. Si se me ocurre decirle que no haga el sacrificio, a lo
mejor me hace caso, pero la gente de la familia no aceptaría que fuera así, pues
esperan un buen banquete a cuenta de la muerte de la hija… Ver, comprender y
saber dejar hacer.
Luego voy
para el rosario a Barlei, el pueblo de la loca del otro día. Hoy no está en
forma y no aparece por la escena. La gente es mucho menos numerosa, pero por lo
menos rezamos y después aún hay sitio para traer a algunos en el
coche.
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