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viernes, 23 de mayo de 2014

23 de Mayo de 2014

Viernes

  Por la mañana estudio, después voy a pagar la luz con el cocinero y le acompaño hasta el sitio donde estudia, por cierto lejos;  luego viene de nuevo Agustín con quien pasamos un buen rato hablando de su profesión. Hay varios aspectos que tiene que acabar de perfilar y que debe organizar con la familia.
      Por la tarde voy al pueblo del catequista, le llevo desde aquí, pues ha venido para preparar alguna cosa y estudiamos un rato lengua. No está muy ambientado, pues está pensando en otras cosas y le cuesta concentrarse y responder a mis preguntas.
        Aparece un personaje que ya me ha hablado varias veces que va a venir a las reuniones con las parejas, pero hoy viene con una cabra y me dice que va a hacer un sacrificio. Veo la situación en la que se encuentra y busca un agarradero a la falta de apoyos que tiene, pero yo creo que no se la puedo dar porque el problema serio que tiene es que no tiene fe… Y esto lo notas por cómo reacciona.
      Acaba de perder una de las dos hijas que tiene de forma inesperada, se sitió mal y se murió. Entonces está en un momento muy particular de la situación que vive y que tiene que compartir con la familia y busca quien le apoye.
       Sé lo que es vivir esos momentos y en la religión tradicional de la familia, donde las cosas no las tiene claras, no ve un asidero; pero como tampoco tiene fe en Jesús, yo tampoco le puedo ofrecer una alternativa, y el hombre se encuentra incómodo.
       Como es maestro y habla bien inglés, estoy un rato hablando con él y haciéndole ver que la seguridad que busca yo no se la puedo dar, que la fe de la que le hablo no es algo que se compre en la tienda por kilos, que es una planta muy delicada, que tienes que plantar y cultivar a medida que va creciendo y mimar cada día con cuidados y atenciones delicadas.
        Me llama la atención ver cómo me sigue y me pide que el lunes nos veamos y nos podamos hablar con calma. Le digo que no hay problema por mi parte y que por la tarde nos podremos encontrar.
        Con estas se va con su cabra para el sacrificio, comprará un saco de arroz y se lo comerán los miembros de su familia y los de la familia de su mujer el domingo, después de haber decidido quien hace cada cosa el sábado. Esto es lo que hacen en la tradición aquí. Si se me ocurre decirle que no haga el sacrificio, a lo mejor me hace caso, pero la gente de la familia no aceptaría que fuera así, pues esperan un buen banquete a cuenta de la muerte de la hija… Ver, comprender y saber dejar hacer.

       Luego voy para el rosario a Barlei, el pueblo de la loca del otro día. Hoy no está en forma y no aparece por la escena. La gente es mucho menos numerosa, pero por lo menos rezamos y después aún hay sitio para traer a algunos en el coche.

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