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sábado, 10 de mayo de 2014

10 de Mayo de 2014

Sábado

Hoy la luz también ha estado con nosotros durante la noche y se ha ido por la mañana. Por lo menos he podido lavar, aunque sea a altas horas de la madrugada, poner un programa largo para que la ropa se pueda lavar a conciencia.
       Por la mañana salgo con el coci al mercado. Siempre es bueno conocer y ver lo que pasa y es el día en que él está libre, pues los demás ha empezado con clases y está un poco apretado de tiempo. Él está contento de verme que le acompaño y que tratamos de hacer las cosas juntos. Y cuando le comento que quiero que se dé cuenta de que estoy con él para ayudarle y para que me enseñe cosas, que yo también quiero aprender, sonríe y me da las gracias, y lo mismo hago yo con él.
       Hoy nos ha puesto un pescado blanco frito que tiene buen sabor. Estábamos en la plaza y entre los muchos pescados pequeños vi uno grande y compramos la mitad, pues entero es demasiado para nosotros y conservarle en el frigo aún no es posible. El coci estaba contento de la compra y yo le animé a que también lo podía hacer cuando estuviera solo él, pero eso creo que le cuesta más decidirlo.
       Por la tarde fuimos a los pueblos y tuvimos invasión de vehículo. Nada más salir de Bo hay un pueblo en el que había habido un funeral y mucha gente había venido. Reconocí a alguien que me hizo señas de que parara y cuando paramos, en tropel, aparecieron todos los posibles y más, que invadieron el coche… En esos momentos no sabes qué hacer y cómo reaccionar, pero te das cuenta de la falta de educación y el poco respeto que se tienen unos y otros. Se metieron por fuerza los hombres y luego entraron las mujeres que pudieron… Por ganas hubiera hecho salir a los hombres y cargado a las mujeres, cosa que en otro sitio se comprendería, pero aquí todavía no hemos llegado a ese nivel, así que paciencia y a seguir educando al personal.
     Hoy las parejas estaban presentes y había más que otros días, siempre con algunos espectadores que prometen venir con su pareja la próxima vez. Aproveché para hacerles el comentario de lo visto en el vehículo; algunos sonreían, otros estaban en silencio y yo volví a insistir para hacer ver a los hombres que respetar a la mujer es lo primero y fundamental para que el matrimonio funcione bien por aquí.
       Después de la reunión les pasé unas cuantas fotos en la pantalla del ordenador, sobre todo de lo que he hecho con parejas en otros sitios y les llamó la atención, sobre todo el ver a mucha gente reunida, pero también les hice ver que había comenzado como lo hemos hecho nosotros, un grupito muy pequeño, lo que les agradó y también me permitió preguntarles cuanto tiempo nos iba a llevar conseguir ser un grupo numeroso, pues está claro que depende del trabajo que ellos hagan con otras parejas. Algunos se sonreían, otros dijeron: llegaremos.
        Rezamos el rosario, les di la bendición y les animé a llevarla a las personas que están en casa y la necesitan. Es algo que aprecian mucho por aquí.
        La vuelta a casa, otra vez con el vehículo lleno y algunos pidiendo plaza para mañana por la mañana, pues vienen a una velada de oración por un difunto y eso suele durar largas horas.


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