La mañana
la paso en casa entre labores de preparación, limpieza de insectos, en especial
alas, estudiar la lengua y atender a gente que llega. Por la tarde tengo reunión
con las parejas y espero encontrarme con ellos un rato más largo que otras
veces.
El tiempo
está nublado y amenaza lluvia, pero se mantiene hasta que estando en el pueblo
nos llueve un buen rato, lo que hace que la reunión se retrase y que esté
pensando en si el personal va a venir.
Finalmente con
mucho retraso comenzamos el encuentro que nos sirve para reflexionar sobre lo
que hacemos y el valor que damos a nuestras reuniones. Algunos se muestran
desesperanzados, pero les animo a ser realistas y ver que no podemos ir a la
velocidad que se propone, sino más despacio y con buen paso. Esperemos que la
semana que viene podamos retomar el ritmo de otras veces.
Después de
la reunión tenemos el rosario, pues en el mes de mayo en cada comunidad se reza
y se va por las casas. Me llama la atención que es ya de noche y la gente
empieza a llegar, de forma que al final éramos más de cuarenta personas y la
mayoría adultos, lo que me hace pensar que la oración por las casas es un buen
motivo para atraer a la gente y ayudarles a decidirse a venir a rezar con
nosotros.
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