Vistas de página en total

jueves, 10 de marzo de 2016

10 de Marzo de 2016

Hoy no tenemos misa por la mañana, pues los jueves vamos a intentar poner un rato de adoración y confesiones y después la misa, por la tarde. Es algo que pensamos que nos puede ayudar a cambiar rutinas y hacer que la gente venga más numerosa a la misa y también ofrecer la posibilidad de la confesión.
Yo voy a rezar a Mattru, el pueblo al que suelo ir los jueves. Allí están los asiduos a la oración y con ellos rezo y aprovecho también para traer a Bo a unos cuantos estudiantes que de otra forma lo harían a pie.
Paso la mañana preparando cosas que tengo que organizar, en particular para semana santa y otras más en pueblos y escuelas. Como no tenemos coci, los salesianos jóvenes preparan la comida. Por lo menos está comestible y lo mismo nos pasa por la noche, aunque también se abren latas.
Por la tarde vuelvo a Mattru y encuentro poca gente en casa; sí está el río muy animado, pues cuando por la sequía el agua ha dejado de correr, las mujeres se han echado a los charcos que quedan y con redes tratan de hacerse con los peces. Hay ambiente, sobre todo cada vez que se pesca alguno de tamaño apreciable.
La adoración, las confesiones y la misa por la tarde es algo que se ve que aún está en los comienzos, pero la esperanza se anuncia. Vienen unos cuantos a confesar durante la adoración y, aunque  el número de los presentes no es extraordinario, por lo menos me parece que te da esperanzas de que pueda aumentar sin tardar.

Después de cenar vamos a visitar al cura que estuvo aquí antes que nosotros. Estaba enfermo y parece ser que las cosas no van a mejor. Hoy le hemos visto con dificultades para hablar, pero por lo menos se puede desplazar, no sin dificultad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario