Seguimos sin luz, algo a lo que ya nos vamos acostumbrando. No sé
qué es lo que pasa, pero la luz sigue ausente y disfrutamos de ella el rato que
está funcionando el generador del centro de pastoral. Tanto para la oración como
para la misa nos valemos de las linternas.
Mañana tendremos encuentro de los salesianos de Sierra Leona y
nos estamos preparando, primero poniendo la casa en condiciones y luego viendo
la forma de acogerles, pues es la primera vez que nos vamos a encontrar en la
nueva casa.
Por la tarde voy a la uni a decir la misa y a encontrarme con los
del catecismo de la semana pasada. Muchos llegan tarde a la cita, y me dicen que
es que tienen clase a esa hora… Además estamos en el fin de trimestre y las
cosas se precipitan. Vengo con unos cuantos catecismos de los que les había
enseñado y los acogen con gusto, además de decirme que la semana que viene
estarán de vacaciones, lo que implica que no nos veremos en semanas. Las
vacaciones se sabe cuando comienzan, pero la vuelta se suele hacer
esperar.
Finalizada la misa en la uni me voy al pueblo a encontrarme con
los que se preparan para el matrimonio. Les doy las hojas que he fotocopiado y
las leemos con calma para que nos sirva de preparación y entrenamiento. Están
contentos y expectantes ante lo que se avecina y trato de ayudarles a vivir el
momento en que se encuentran y hacerles ver el ejemplo que dan a los demás en la
comunidad.
De vuelta en casa rezamos, cenamos y pasamos un rato compartiendo
noticias, entre otras los preparativos para mañana. La casa está más o menos
ordenada y limpia, y la comida se la hemos distribuido a varias personas para
que así haya donde elegir y el menú sea variado.
Seguimos sin luz y a la espera de que aparezca, pero se hace
esperar y se va pronto.
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