Pues para variar, seguimos sin luz en casa y en la
iglesia y nos apañamos con linternas que es la solución más socorrida a la hora
de leer, tanto en la capilla como en la iglesia.
Después de la mis ay el desayuno tengo un rato de clase
con el profe. Leemos el evangelio que nos toca y veo la necesidad que tengo de
que alguien me ayude en la pronunciación correcta de las palabras, algunas en
particular. El profes es muy amable y me ayuda con paciencia hasta que acabo
dando el tono correcto no sólo a cada palabra, sino a las frases. El resultado
es que cuando voy a los pueblos y leo, todos me dicen que han entendido y, es
verdad porque son capaces de repetir lo que han entendido.
Tenía en programa ir a la escuela y llevar víveres, pero
tenemos una reunión comunitaria que no tuvimos ayer y al final se hace tarde y
no puedo ir, pero se podrá hacer después de comer, pues aunque no haya la
escuela, sí que se hace catecismo y eso también es interesante que lo sigamos en
una comunidad que empieza.
Después de comer y echar un poco la siesta, me dispongo
a ir a la escuela, pues quiero llevar los víveres para celebrar la fiesta que
vamos a tener el viernes; pero al mismo tiempo también llevo la comida que van a
preparar las mujeres para el día de las bodas en Towama y Balei, así aprovecho
el viaje y mato dos pájaros de un tiro y sin llamar mucho la
atención.
Me acompañan los trienales, Samuel que va a hacer
animación el viernes antes de la comida y Edison que acaba de llegar y está
ambientándose en los pueblos.
Durante el tiempo de catecismo me doy una vuelta por el
pueblo y saludo a los que por allí están, entre ellos a un par de jóvenes que
solían venir a rezar con nosotros, pero que hace tiempo que no les veo… Acaban
viniendo conmigo a visitar el cementerio, algo que hago con cierta frecuencia
cuando estoy en el pueblo, pues rezo por los difuntos y les pido que bendigan al
pueblo en el que ellos vivieron. Hoy, y debido a que los dos jóvenes están
conmigo, les invito a rezar y, a partir de ahí, acabamos viniendo a una
conversación personal en la que los dos jóvenes se comprometen a ayudarse en su
trabajo y a venir a rezar juntos y llamarse el uno al otro para la oración,
además de prometer que van a rezar con sus esposas… Es algo que no me esperaba y
que ha surgido de forma imprevista, pero el ir a rezar a las tumbas de los del
pueblo, también creo que tiene que tener sus efectos y quizás estos son los
primeros resultados. Esperemos ver la reacción que tienen en la próxima reunión
que tengamos.
Volvemos a casa, rezamos, cenamos, se va la luz, vuelve,
y se vuelve a marchar… Y aquí estamos a la espera de que pueda
volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario