Me
despierto un poco antes y aprovecho para preparar las cosas y salir con tiempo,
pues el camino se va haciendo cada vez más
complicado y llegar a Nagoyon lleva su tiempo, pero allí estamos para
rezar juntos un buen número de gente.
Después
de la misa estoy hablando un rato con algunos de los que han venido y luego
vamos a ver una colmena para que se vayan familiarizando con las abejas. Les
hablo de cómo hay que protegerlas del agua y no molestarlas por el momento.
Voy
a Balei en busca del pocero, pero no le encuentro, espero un rato hasta que viene
el conector que, después de saludar y dar los buenos días a los críos de la
escuela, me lleva a Yeobiama donde estamos a vueltas con el hormigonado del
pozo. Creo que vamos por buen camino.
Me
paso por la finca y veo el trabajo que los campesinos están haciendo, los
albañiles hace tres semanas que no trabajan. Las lluvias van cambiando la
fisonomía del terreno y todo sale con fuerza.
Están
reparando la ruta y hay problemas a la hora de transitar, pero de día y sin
lluvia, se puede pasar sin cuidado especial.
En
casa me encuentro con Paul, el salesiano que viene de Lungi. Hablamos un rato,
quedamos de ir a ver al obispo para hablarle de la renovación del contrato de
nuestra presencia y también aparece el constructor a quien doy los esquemas de
las ventanas y va a presentarlos para tener los presupuestos.
La
reunión con el obispo es cordial y estamos de acuerdo en lo que tenemos entre
manos. Insiste en la necesidad de dos misas cada domingo en la parroquia y
seguimos su propuesta.
Después
de la siesta paso el tiempo leyendo, preparando cosas para los pueblos y
rezando en la iglesia. Ha venido Ibrahim, del PDO con quien estoy hablando un
rato y con quien tendremos reunión mañana con otros participantes en el
proyecto.
La
conexión es regular y puedo leer algunas cosas que me han enviado del papa que
me parecen interesantes.
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