Tenemos
luz y voy a rezar a la capilla y luego a la iglesia con la gente, que para la
oración no son muchos, pero a la hora de la misa ya aumenta considerablemente,
aunque la realidad es que no vamos muy adelante tampoco en esto.
Después
del desayuno me paso un rato preparando lo de los pueblos y en especial las
lecturas que quiero hacerlas en lengua local. Lleva su tiempo y te pide un
esfuerzo, pero cuando estás en el pueblo y lees y la gente te entiende,
compensa el esfuerzo que has tenido que hacer de prepararlo. Aunque amenaza
lluvia, salgo un rato a dar una vuelta y a cargar el teléfono y al mismo tiempo
despejarme, pues todo el tiempo en el estudio también cansa.
Están
cargando un contenedor en Pamplona que vendrá a Sierra Leona. Me han enviado
fotos y detalles de lo que viene, algunas cosas para Bo, pero la mayoría son
para la capital, pues es el sitio donde hay internos y donde más se necesita
comida que es lo que más envían.
Hay
un funeral en la iglesia y hay gente y vehículos para todos los gustos y si
además pasa que no hay mucho espacio para aparcar, el lío está servido. Por lo
menos a la hora de ir a los pueblos no tengo problemas para salir con el vehículo.
En
Nagoyon con las parejas la cosa está en situación no muy clara. Intentan
hacerme ver que hacen esfuerzos por alguna cosa, pero lo sigo dudando.
Paciencia y tiempo al tiempo y veremos a ver por donde salimos.
Cuando
vengo a Tikonko hay un grupo que está trabajando en limpiar el terreno y les
animo a que sigan en su trabajo. Tenemos la reunión de las parejas, que no son
muchos y les animo a que sean regulares y que recen y hagan algo por los demás
y me lo prometen, pero otra cosa es ver si las promesas se cumplen.
Vuelvo
a casa pasando por la finca donde veo que el guardián está en su puesto y las
cosas en forma.
Cena,
noticias, crónica y cama, que mañana espera día completo. Y gracias Señor por
el día que hemos vivido de preparación a la llegada del Espíritu.
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