He
dormido bien y estoy en forma. Voy a rezar a Tikonko. La pista está resbaladiza
y hay niebla lo que te hace más complicado el llegar, pero estoy a la hora y me
encuentro con un grupo que poco a poco va aumentando y les animo a que lo
hagan.
En
la misa sigo insistiendo en la bendición que es Abraham para los demás y
nosotros sus descendientes somos los herederos de esta bendición y tenemos que vivirla y transmitirla. Estoy
un rato hablando con los que han vendió y viendo las plantaciones de moringa
alrededor de la iglesia y me encamino a Balei a la escuela.
En
el camino me encuentro con transeúntes que encantados suben a bordo y al final
llevo a los críos de la escuela, pues me he parado en el pueblo anterior para
ver lo que hacen como trabajo en los alrededores de la iglesia.
En
la escuela me doy un paseo por los anacardos plantados en la finca quitando
brotes inútiles y limpiando de plagas a algunos árboles. Mantenimiento es una
palabra que no está en todos los diccionarios de por aquí.
Como
veo que pasa el tiempo y el que me dijo que vendría para llevarme en moto no
viene, emprendo el camino a pie hacia los pueblos de los pozos. Por suerte sin
tardar mucho oigo un motor y es la moto de John que viene dispuesto a llevarme
a ver los pozos.
Nos
paramos un momento para desayunar, las galletas que llevo en la mochila, y
vamos a Yeobiama donde les animo a que
traigan piedras y arena para poder comenzar el trabajo de instalación de la
bomba mañana. Vamos a ver un campo de moringa y nos damos una buena caminata y
sudo abundantemente.
John
me lleva en la moto al pueblo siguiente, los tramos que puede, que también los
hay para hacerse a pie. En Potehun están trabajando en la extracción de los
materiales que han caído en el pozo y el pocero me promete que mañana comenzará
el trabajo en el pueblo siguiente.
Volvemos
en la moto a la escuela donde he dejado el coche y de vuelta a casa paso por la
finca para constatar que el trabajo de limpieza que debería estar hecho para
poder plantar anacardos sigue sin concluir… Espero que la semana que viene
pueda poner los anacardos del vivero en su sitio en la tierra.
En
casa ya es más del mediodía y me ducho y me preparo para la comida. Una buena
siesta y tarde de reposo creo que es lo que procede, pues tengo calambres del
esfuerzo de la mañana y además se ha soltado a llover.
Oraciones,
cena y conexión para ver las noticias y los correos ponen fin a una jornada
bien llena por la mañana y reposada por la tarde, pues no se puede forzar
porque la pagas.
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