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martes, 2 de julio de 2019

2 de Julio de 2019

Martes


Me ha costado mucho dormir. Le he dado tiempo a rezar y a leer cuando hubo luz y me levanto por la mañana en forma. Me toca ir a rezar a Nagoyon y me pregunto si merece la pena, pues quiere empezar a llover. Me decido por ir y veo que la lluvia era en la ciudad, fuera ya no ha llovido y en todo el camino tampoco y cuando llego a destino veo que el chubasco ya ha pasado y ahora la cosa está despejada.

No hay mucha gente para la oración y es que los del otro pueblo que suelen venir hoy no han venido a cuenta de la lluvia que allí llegó antes de que salieran de casa.

Después de misa voy a ver la colmena de Daniel y sigue sin protegerla porque tiene miedo de las abejas. Le animo a que lo haga y me promete que lo hará.

Voy a Balei donde estoy haciendo tiempo para que venga John y me lleve en la moto a ver los pozos. Me veo con el maestro que hace de jefe y recorro los anacardos para limpiar malezas y podar las ramas inútiles.  Me paso un buen rato y trato de explicar al maestro la forma de hacer las cosas en la plantación y el mantenimiento. Me promete que hará el trabajo con los alumnos para que también ellos aprendan a hacer mantenimiento de los árboles. Ya he sudado la camiseta y me cambio, pues he traído repuesto.

Me cambio y asisto a la llegada de los alumnos a la escuela. Bastantes profes llegan tarde y es uno de los problemas que veo, también la falta de motivación; pero les hago ver que no puedo estar siempre motivando y dando cosas, que ellos tienen que tener la profesionalidad de saber motivarse y estar cerca de los alumnos. Decirlo es fácil, cumplirlo harina de otro costal.

Llega John en la moto y emprendemos camino, mejor dicho, sendero. Yeobiama está con el pozo en espera de continuar la plataforma y el camino es aceptable. Esperamos continuar en la semana. Camino a Potehun difícil, pero practicable, donde está el pocero tratando de hacer que los ayudas se muevan y comiencen el trabajo de hormigonado. Han llegado casi a la mitad y les animo a terminar lo antes posible por el interés de todos.

Vuelta a Balei y en el camino hay un paso que el agua ha subido y no hay forma de pasar en la moto. John da marcha atrás y yo paso haciendo equilibrios y creo que con mucha suerte de no caerme al agua, pues el tronco no era muy seguro. Creo que la próxima no iré por ahí, y si voy tendré los palos para equilibrarme.

Nos encontramos en Balei y vuelvo con carga de gente pasando por la finca donde veo que han comenzado el trabajo de desbrozar para plantar los anacardos del vivero. Llego a casa a las once, seis horas de la mañana aprovechadas y que dan para contar lo que he vivido de aventura.

Estoy cansado y satisfecho de haber podido hacer el trabajo. Después de comer me echo una buena siesta y cuando pienso salir de nuevo a los pueblos la lluvia se hace presente. Me lo tomo con calma, hablo un rato con Henry que ha vuelto de la finca, leo, rezo en la iglesia, preparo las cosas para mañana y tras la cena y las noticias, otro día más del mes de julio.

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