Nos
levantamos con luz, algo que no sucede todos los días. Ha llovido durante la
noche pero ahora la cosa está serena. Los habituales para la oración, lo mismo
que para la misa en la que les animo a dar gracias a Dios porque nos ha llamado
y a pedirle que nos de la fe suficiente para fiarnos de Él y saber que está con
nosotros.
Después
del desayuno estoy un rato en la habitación y luego en la capilla, donde leo,
rezo, preparo lo de los pueblos y las llamadas a los de los pozos y al
constructor para saber por dónde andan las cosas, aunque el teléfono no siempre
funciona.
Una
buena siesta después de comer me deja en forma y me preparo para salir. El sol
se ha ido y las nubes presagian lluvia, por lo que voy a un ciber en el
vehículo ya que no tenemos internet en casa y luego al catecismo en un pueblo y
al mismo tiempo a ver el trabajo de las ventanas de la iglesia y a traer unos
andamios de un pueblo para que puedan seguir con el trabajo en altura.
Me
pilla una medio lluvia que es molesta, pero se puede aguantar para la
conducción. Las personas que van por el camino están felices de encontrar quien
les haga más corto el viaje en especial en los momentos que llueve.
Vuelvo
a casa justo para la oración. Cenamos con la luz de la linterna y luego con el
generador y vemos el partido de Nigeria acompañando a Chris.
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