He
dormido bien y me encuentro en forma. Para la oración somos los pocos de cada
día y en la misa algunos más. Están con nosotros dos salesianos de Lungi y se
despiden después del desayuno.
Me
paso la mañana entre preparar cosas para los pueblos y rezar en la iglesia. He
hablado un rato con Chris y los dos sabemos que hoy saldrán las obediencias y
que a los dos nos cambian. No me pilla de sorpresa porque ya tengo el permiso
para ir a España y hacerme una revisión médica,
tengo serios problemas de los oídos y algo menos en la vista y de manera
particular un problema que me afecta a la memoria. Tendré tiempo para asimilar
la cosa y aceptar la voluntad de Dios que se manifiesta en la obediencia.
Paso
mucha parte de la tarde en la capilla, sigo recordando la recomendación de Madre Teresa de Calcuta,
y también hay tiempo de hablar por teléfono con unos y otros y ver de seguir
con el proyecto de moringa y los pozos que tengo entre manos y que espero
terminar este mes que acabamos de comenzar.
La
oración, la cena y las noticias, acaban con el día.
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