Como
es jueves y tenemos la misa por la tarde, estoy un buen rato en la capilla a
solas y en tinieblas, pues tenemos la oración más tarde y no hay luz. Cuando rezamos, a las siete, ya
se puede ver sin luz, aunque algunas linternas funcionan.
Estoy
la mañana rezando en la iglesia hasta que al final viene Mireia y le busco una
habitación en el centro de pastoral, ya que en casa estamos llenos.
Después
de comer y la siesta me entretengo un rato haciendo la colada y aprovechando
que hace sol para que pueda secar antes.
Para
el comienzo de la adoración hay poca gente, pero algunos se suman más tarde y
al final el número es el ordinario para la misa de los jueves por la tarde en
la que presento a Isaac, el salesiano joven que ha venido para estar con
nosotros en el verano y ayudar en el campamento que tendremos con los críos de
la parroquia. Les invito a dar gracias a Dios por lo mucho que recibimos y
porque no muchas veces lo hacemos.
Mireia
está con nosotros a la hora de cenar. Ha ido a pueblos a ver plantaciones de
moringa y está cansada del camino.
La
luz del generador nos permite ver las noticias y recibir y enviar correo. Hoy
hay conexión, aunque sea débil y lenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario