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sábado, 20 de julio de 2019

20 de Julio de 2019

Sábado

Ha habido ratos sin sueño, pero que he aprovechado para rezar o leer. Voy un rato antes a la oración de la mañana y tengo tiempo hasta de dormirme un poco en la iglesia. Hoy la presencia de los fieles es un poco más numerosa. Celebramos la memoria de María y damos gracias a Dios por lo que de Él hemos recibido.

El día está despejado y desayuno rápido para estar a la hora en la finca, cosa que sucede, pues no hay inconvenientes en el camino que está en obras.

El objetivo es plantar anacardos y lo logramos. Hay once personas que se presentan voluntarios para el trabajo y con ellos hacemos cada uno de los pasos necesarios para la plantación además de explicarles la manera de hacer las mediciones, los hoyos, poner el compost… Estamos hasta la una y media. Me encuentro cansado, pues recorrer una pendiente durante horas con lo que conlleva la plantación, se deja sentir. Creo que los que han venido también se encuentran cansados, pero satisfechos del trabajo realizado.

Estoy con ellos en plan de comentarles la manera del plantar los anacardos, algo que he hecho anteriormente y que ellos conocen muy poco. Siguen con interés y creo que lo hacen bastante bien. Cuando acabamos, un paquete de galletas para cada uno soluciona el hambre que tienen y les queda para dar algo a los hijos, porque veo que guardan una parte.

Me llama la atención que he estado tres sábados seguidos a la espera de poder hacer este trabajo y ha sido hoy que he podido hacerlo. Los otros sábados la lluvia ha caído abundante, hoy hacía sol y pudimos trabajar sin problema. Acabamos a la una y media, les llevé a su pueblo y a la vuelta, media hora más tarde, la lluvia llegó abundante… Le habíamos pedido a Dios que estuviera con nosotros en el trabajo y que nos ayudara… Plantar, y desde el cielo, riegan lo plantado.

Vuelvo a casa y estoy cansado, me tomo un par de plátanos y bebo lo que puedo y me duermo un rato antes de comer, pues el cansancio no me deja mucha opción. Cuando me despierto voy a comer, un arroz bien preparado y pienso en ir a los pueblos, a pesar del cansancio. Pero me llaman con la noticia de que llueve y nos liberamos yo de ir y ellos de venir a la iglesia. Aprovecho para descansar y tratar de estar en forma para mañana. Tengo algunos calambres, pero se me soluciona bebiendo agua abundante.

Rezos, cena y noticias concluyen el día.

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