En
la fiesta del patrono de España y estando sin luz, me levanto y voy a rezar a
Mattru, donde ya hay un grupito en la iglesia, pensando que no iba a venir a
cuenta de la lluvia que hubo por la noche, y contentos de verme con ellos.
Como
de costumbre después de misa damos la vuelta para rezar por las casas. El que
suele leer hoy no está muy en forma y le llevo de vuelta a casa en el vehículo
y rezamos con su esposa. Tanto a la ida como a la vuelta ha habido candidatos
para montar en el vehículo y contentos ellos del servicio y yo de poder hacerlo
y disfrutar de su sonrisa.
Voy
a la gasolinera donde pongo carburante y encuentro al pocero y mientras
esperamos al otro ayuda, vamos a ver el pozo de la cárcel que esperamos rehacer
la semana que viene y entramos en el patio donde unos pocos me saludan y se
acuerdan de mí. Prometo venir la semana que viene y espero que no les falle.
Llevamos a los poceros a la finca y me dicen que les hace falta otro molde…
Además
hace falta utilizar la bomba de nuevo, así que paciencia y a esperar cuando
acaben para volver la bomba a su dueño y buscar los moldes, cosa que me lleva
mucho más de lo que esperaba, yendo de un sitio para otro para al final, tras
larga espera conseguir lo que buscamos.
Deposito
los moldes en la finca, saco unas fotos, vuelvo a comer y me echo un rato la
siesta antes de salir de nuevo para ver lo que están haciendo y volver para
pasarme un buen rato en la iglesia antes de la oración ante el Santísimo de la
tarde.
Después
de la misa llega el ecónomo de la provincia, Chris, que le ha traído Andreas.
Cenamos y tenemos una reunión de reconocimiento de casos y cosas de variado
calibre, pero en la que las cosas están decididas y no vale la pena poner nada
en contra. Estoy contento porque no ha habido problemas ni discusiones, las
cosas pasan y ya está.
Un
rato de luz del generador, leo el periódico y hago la crónica, y mañana más y
mejor.
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