Amanece
la mañana con niebla y humedad, pero acaba evaporándose con la llegada del sol.
Voy a celebrar la misa a los pueblos. Nagoyon donde llego justo, pues hay un
camión atravesado en el camino y pasar es complicado.
Le
gente un poco tarde, pues la niebla impide tener en hora el reloj solar, pero
al fin hay un buen número. Echo en falta a algunas personas y me olvido de
preguntar por las causas de su ausencia. También aquí la memoria me falla de
vez en cuando. La hospitalidad y el escuchar lo que nos dice Jesús es el tema
de la homilía que no quiero que sea larga.
Hoy
toca transporte y el vehículo está lleno de gente, unos que vienen a Tikonko y
otros más lejos. Llego con tiempo a Tikonko y como ayer no hubo reunión, nos
entretenemos antes de la hora barriendo y limpiando la iglesia a la vez que se
reza el rosario.
No
hay mucha gente al comienzo, pero luego se va reponiendo la cosa. Repito las
mismas ideas y sugerencias a la vez que doy las gracias, como también lo he
hecho en el anterior sitio, a los que ayer participaron en la plantación de los
anacardos.
Vengo
bien cargado y ni siquiera entro en la finca, pues quiero llegar con tiempo al
siguiente sitio que es Mattru donde no estoy seguro de lo que me voy a
encontrar, pues arreglamos la cosa ayer por la tarde y no sé si la gente estará
al corriente.
Llego
a destino un rato antes de la hora y ya me están esperando, un grupo numeroso.
Les doy las gracias por la paciencia y les animo a que demos gracias a Dios por
todo lo que vivimos, además de repetir las ideas de las misas anteriores. Me
traduce le catequista y veo que la gente está cansada y por ello trato de
abreviar.
Vuelta
a casa hacia la una y media, un plato de arroz, bastante picante y un trozo de
pollo me permiten quitar el hambre y una buena siesta me devuelve a la forma
física que se resentía.
Leo
un buen rato y luego me doy una vuelta mientras los jóvenes están en una
reunión programando el campamento que tendrá lugar en agosto con los chavales.
Hay un grupo de gente joven maja que está
bastante comprometida con la parroquia y que es de agradecer, pues no
suelen ser muchos los disponibles.
Oraciones,
cena, luz del generador y conexión a internet débil coronan la jornada.
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