Por la noche ha
llovido y durante la mañana sigue la lluvia. Algunos obreros siguen en el
trabajo y los aspirantes que están entre nosotros participan aportando arena
para las masas. Me entretengo mirando libros en la biblioteca y al final me hago
con un par de ellos para leer.
La
noticia del día es la primera portada en los diarios de España por la presencia
de un caso de ébola en una enfermera que formó parte del equipo que trató al
médico español de san Juan de Dios que murió de ébola en Madrid después de ser
trasladado desde Sierra leona. Si en Europa es una preocupación, creo que en
África pueda ser una buena noticia, pues si la enfermedad llega a Europa, la
gente se va a mover por buscar una solución con mucho más ahínco que si la cosa
estuviera sólo en África.
Hacia las seis
de la tarde aparece Uba y salimos en el ferry de la noche hacia la capital, pues
mañana tiene algunos papeles que recoger en el despacho de un abogado y quiere
estar disponible para hacerlo cuanto antes.
Las escenas del
ferry me hacen recordar algo que ya he vivido veces anteriores, el mundo que se
mueve entre los vehículos que entran y que algunos tienen dificultades en la
rampa de acceso que está muy empinada porque la marea está alta y, por otra
parte, los pasajeros a pie cargados con toda clase de artículos que en gran
número van llenando los espacios previstos para ellos.
Durante el
trayecto de más de una hora tenemos tiempo de hablar de muchas cosas, en
particular de lo que nos concierne
en la nueva presencia y las perspectivas que se nos presentan, así como
de la experiencia tan positiva que he vivido en la preparación del contenedor y
lo que vamos pensando en realizar una vez que nos encontremos en nuestro
destino.
También hablamos
sobre la forma distinta de ver las cosas de la enfermedad. Aquí se percibe como
algo muy serio, cuestión de vida o muerte, pero siendo conscientes de que
estamos con la gente para ayudarles y acompañarles en un momento difícil,
siempre tomando las máximas precauciones posibles, pero estando con ellos y
mostrando nuestra
cercanía.
En
Freetown nos reciben ya por la noche y vamos directamente a
dormir.
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