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miércoles, 22 de octubre de 2014

Descansa en paz amigo Vicente

Vicente, un amigo del alma…
Mis contactos con Vicente han sido cortos en el tiempo, pero intensos y  muy positivos.
La primera noticia que tuve de Vicente fue estando en el norte de Benín, hace unos cuantos años ya. En aquellos momentos estábamos abriendo un hospitalito en un pueblo cerca de Kandi y el médico que llevaba el hospital tenía que ausentarse durante un tiempo y necesitábamos alguien que le sustituyera y, como por arte de magia, apareció en el horizonte la figura de Vicente.

 Aún recuerdo mi ida a buscarle al aeropuerto de Cotonou y la sensación del primer encuentro con un hombre alto, enjuto y muy agradable en el trato que se sentía a sus anchas en el hospitalito de Fafa, así se llamaba el pueblo al lado de la carretera hacia la frontera con el Níger y que Vicente dirigió durante un par de meses, tiempo que pude disfrutar de su compañía y de las confidencias que con frecuencia nos hacíamos.
Para nosotros la presencia de Vicente en un medio hospitalario fue una solución magnífica. Era la persona ideal, lo que nos hacía falta. Se acababa de jubilar, estaba en pleno dominio de sus facultades, había estado mucho tiempo de su vida laboral en África y era buen conocedor de un medio que para otros podría ser un problema y que para él era volver a vivir experiencias anteriores de las que hablaba con cariño.
 Para él fue una ayuda para superar la muerte reciente de su querida esposa, pues recuerdo cómo me comentó: estando aquí me encuentro muy a gusto, pues tengo trabajo todo el día y a la tarde estoy cansado y con necesidad de dormir. Estando en mi casa, la casa se me viene encima, no paro de pensar en mi mujer y las noches son un tormento. Yo que venía pensando en dar, he encontrado una liberación y una vía de salida a mi problema.
El tiempo de su estancia en el hospital se pasó rápido, pero la amistad ha continuado después y cada vez que nos hemos encontrado, siempre he tenido en él al amigo con quien disfrutas cuando le encuentras y al médico que te da los consejos apropiados a la necesidad que tienes o que te ayuda en todo lo que puede.


Esto no ha sido una cosa de un momento. Hemos mantenido contacto regular por internet. Sus correos siempre han sido la carta de un amigo y sus noticias positivas y alentadoras. Su servicio como médico en diversos sitios sociales, el hogar del transeúnte en particular, así como su labor como hospitalero en diversos albergues del Camino de Santiago, son también una muestra de su trabajo callado de servicio a los demás.
Hoy, desde mi nueva presencia en Sierra Leona, quiero enviarle mi saludo cordial y mi gracias por su amistad, así como el testimonio de su cariño y cercanía hacia mí y hacia tantos que viven en el mundo de la cooperación del que  siempre ha estado cercano y con el que siempre ha estado comprometido.

Antonio.

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