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domingo, 5 de octubre de 2014

5 de Octubre de 2014

Domingo

Es domingo y me ofrecen ir a misa a la parroquia. Voy con Paul, uno de los curas de la zona de Bo, quien me invita a presidir. Hay una comunidad numerosa y muy viva que se reúne, prepara las celebraciones y participa activamente en ellas. El coro formado por unos cuarenta miembros, la mayoría gente joven, anima y sostiene la participación de todos. Estamos tres horas justas de reloj. La celebración es festiva y las cosas se hacen con la calma africana que te hace volver otra vez a los valores de “sin prisa” que nos pueden faltar en otros sitios.
       La tarde es tranquila. Duermo un rato. Hace calor y hay mucha humedad que acaba en una lluvia. También tengo que recuperar el ritmo africano y rehacerme del acarreo de maletas. Después de la oración de la tarde y la cena compartimos un rato de encuentro y el chocolate que he traído desde España y que a todos nos gusta.

        He enviado unos pocos correos para dar la noticia de mi llegada sin problemas y para tranquilizar a todos.

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