Seguimos la vida
monótona de cada día. Con los chavales estamos en casa por prevención, pero
llevamos el horario normal de clases con ellos y trabajos y estamos pensando en
qué otras alternativas tenemos. Estamos tranquilos, pero el problema de la
enfermedad está presente.
Preparamos
las cosas para hacer un sitio al exterior, un recibidor, donde nos podamos
reunir con los que vienen a vernos.
Al
final de la mañana ha venido el catequista de Matrru y hemos estado hablando un
rato. Es necesario que nos encontremos con los responsables de la comunidad y
hagamos un plan para la construcción de la iglesia que tienen a medio hacer. Nos
reuniremos la semana que viene y a ver si traen cosas escritas para que podamos
tratar sobre algo que se vea y no sólo sobre las palabras. Hay planos del
terreno, de la construcción y actas de reuniones, además del estado de las
finanzas, que tenemos que saber y poder decidir sobre cómo proceder al
respecto.
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