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miércoles, 29 de octubre de 2014

29 de Octubre de 2014

Miércoles

      Anoche llovió y el ambiente se refrescó un poco. Hoy la clase sigue con los mismos derroteros y trato de hacerles intervenir y que hagan preguntas, cosa que les cuesta mucho. Están muy acostumbrados a la pasividad.
        Por la tarde vamos  a los pueblos. El camino está malo y nos lleva mucho tiempo. Pasamos por Tikonko donde se está construyendo una iglesia. Las obras van a buen ritmo y se ve que la cosa avanza.
        Al pasar por el camino hay unas casas que tienen una cinta roja alrededor, el signo de la cuarentena por el ébola. Esperemos que no vaya más lejos la cosa.
        Vamos a Cassama y nos recibe un buen chaparrón. Si la lluvia es siempre una bendición, esperemos que lo sea para este pueblo donde estamos en los comienzos de la actividad. Había al final diez adultos que participaron en la oración. Rezamos el rosario y al final les di la bendición y les repartí una estampa de María Auxiliadora y también les dejé un calendario que recibieron con alegría.
       Volvimos a Valehun y la gente nos estaba esperando ya en la capilla. Una veintena de adultos y número  doble de críos. Nos saludamos, estuvimos intercambiando noticias y rezamos una parte del rosario, pues ya se habían reunido y rezado ellos el rosario por la mañana.
       Nos prometimos ser fieles al encuentro de los miércoles por la tarde en la medida de nuestras posibilidades y nos despedimos. Eran las siete en punto. Algunos de la comunidad nos acompañaron hasta el cruce de Tikonko, pues iban a Lembema.
       Volver a casa desde este pueblo nos llevó más de una hora y es que el camino está en muy mal estado.
       Cenamos y me puse a trabajar en el ordenador. De nuevo nos visitó la lluvia lo que nos permitió dormir sin sudar.


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