La noche ha sido tranquila y cálida, pudiendo sudar ampliamente. Por la
mañana temprano vamos al campo con los chavales a trabajar. Uba se va a llevar a
los obreros de la construcción, pues tienen el vehículo averiado, pero está a la
hora para volvernos a casa, haciendo la limpieza, y con la misa y la comida
ponemos fin a una mañana intensa de trabajo.
Por la
tarde vienen de Mattru el catequista y el contratista de las obras. Nos
encontramos durante un buen rato con ellos intercambiando ideas y al final
llegamos a la conclusión de que necesitamos buscar más terreno para la nueva
parroquia y que lo que tenemos que hacer en principio no es la iglesia, sino una
construcción que sirva para celebrar la misa esperando a que sepamos cómo
evolucionan las cosas y tengamos idea del número de fieles que tendremos para
poder pensar en construir una iglesia de las dimensiones adecuadas a las
necesidades.
Uba se va
a buscar a los trabajadores a Tikonko y nosotros nos despedimos sabiendo que por
una parte van a dar los pasos para saber si se puede obtener más terreno y por
otra nos presentarán presupuesto para la construcción de una sala grande para
celebrar la misa en espera de que un día se construya la nueva
iglesia.
El calor
húmedo sigue y la lluvia no acaba de caer. Duermo una buena parte de la noche en
el suelo, pues como está fresco, no sudas y puedes dormir, cosa difícil en el
colchón que está muy caliente.
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