La noche ha sido
tranquila aunque me haya despertado varias veces por el calor. El día está
despejado y los muchachos tienen las mochilas preparadas. Uba les lleva a la
estación al tiempo que nos despedimos con un buen recuerdo.
Creo que hemos
vivido una experiencia agradable e interesante con los chavales, la mayoría de
ellos musulmanes, que han estado aquí con nosotros. Han venido por mediación de
Uba y entre todos hemos tratado de hacer que su estancia les resulte positiva.
Cada uno tiene su experiencia personal a la espalda y con todos hemos tratado de
tener una buena relación. Ellos han manifestado su agrado por la experiencia
vivida estas semanas entre nosotros.
Por la
tarde voy a la reunión con las parejas. Hoy hay un nuevo matrimonio y se van
sumando alguno más de los anteriores. La cuestión del ébola hace estragos en las
relaciones, pues la gente ha cortado mucho su vida social, pero por suerte
nosotros no tenemos casos en la zona y esperemos que dure, pues en otros sitios
del país la cosa es seria.
En
la reunión les hablo de la colaboración que tienen los pájaros migratorios en el
vuelo que hacen juntos, cosa que les llama la atención, pero les sorprende más
la aplicación que luego hacemos del ejemplo de los pájaros a la vida de las
parejas y al grupo en su conjunto. Veremos si la semana que viene el ejemplo ha
dado fruto.
Cuando vamos por la pista nos sorprende gratamente que hay una máquina
para nivelar el piso de la pista. Y es que hay un hospital en la zona interior y
es la pista la que permite llegar hasta él. Con la cuestión del ébola y de los
enfermos, parece ser que arreglarán un poco el camino, cosa que a nosotros nos
viene muy bien, pues nos ayuda en el recorrido.
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