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jueves, 6 de noviembre de 2014

6 de Noviembre de 2014


Jueves


Hoy me he quedado en casa mientras los otros han ido al campo… Y es que necesitamos cambiar dinero y me lo vienen a cambiar a casa, pero más tarde de la hora en que nos vamos a trabajar. Me he quedado guardando la casa a la espera del cambista, pues aquí se cambia dinero de persona a persona, sin necesidad de ir al banco y te lo suelen dar en mayor cuantía que lo que te dan en el bando.
       Anoche no llovió y hoy hace día muy luminoso y se suda lo que se quiere y más. En el campo se nota en el trabajo. A la vuelta del  campo se hace la limpieza y tenemos la misa, seguida de la comida.
       Después de comer vamos a Mattru. Tenemos reunión con los monaguillos y con los responsables de la comunidad, que hoy también nos presentan al constructor que les ha hecho los edificios que tienen y que además es el antiguo jefe local.
        En la reunión lo primero nos presentamos y luego intercambiamos ideas sobre lo que puede llegar a ser un día no lejano Mattru: una parroquia. Es algo que les agrada escuchar y, después, analizamos las cosas que son necesarias en una parroquia y lo primero que vemos es que tiene que tener mucha gente, lo que nos invita a pensar en hacer venir a los que no vienen y a invitar a otros nuevos.
       Después pensamos también en la necesidad de tener más espacio y tratar de agrandar el terreno, cosa que para unos parece imposible, pero otros hablan de posibilidades reales de obtener más terreno. Dejamos al constructor y a otros dos que le acompañen y que den los pasos para la obtención de más terreno. Ellos vendrán a informarnos de los pasos dados y los resultados obtenidos.
        Sugerimos que en el plano del terreno haya un esquema de la ubicación de las construcciones que se quieren hacer y también lo más detallado posible los diferentes espacios y ambientes de la parroquia. Esto es un primer esbozo, pero algo que es necesario tener en cuenta desde el principio.
       Luego venimos a las construcciones, entre las que presentan la primera la iglesia. Les sugiero que quizás sería mejor pensar en una sala polivalente que luego servirá de sitio de reuniones y dejar la iglesia para más adelante, por la dificultad que tenemos de pensar e imaginar ahora cuantos seremos dentro de unos años.
       Cuando lo oyen la primera vez están un poco sorprendidos, pues no se esperaban una tal proposición, pero luego uno detrás de otro van viniendo a la idea de la sala. Y la verdad es que es lo que solemos hacer en todos los sitios en los que he estado. Se comienza por una sala que sirve de iglesia, pero al cabo de unos años esta sala resulta pequeña y se piensa en la construcción de la iglesia y la sala se queda como biblioteca o salón de actividades y encuentros.
        El tiempo se pasa con rapidez y la noche se echa encima. Concluimos la reunión y acordamos encontrarnos de nuevo con el constructor y el catequista el lunes y seguir pensando en las cosas posibles a tener en el recinto de la parroquia.
        La vuelta a casa es rápida, pues hoy tenemos el coche y llevamos al constructor a su residencia. Así sabemos donde vive en caso de necesidad de visitarle.
         Cenamos a la luz del grupo electrógeno y nos retiramos a la espera de que la luz vuelva, cosa que hace antes de la media noche.


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