La noche ha sido
tranquila, aunque me he despertado varias veces bañado en sudor. A la máquina de
lavar han ido las existencias de camisetas y sábanas mojadas mientras salía
hacia Mattru a decir la misa. Uba ha ido a los otros pueblos.
Cuando vuelvo de
la misa saco las cosas de la lavadora y meto las nuevas que tengo empapadas,
alba incluida. Por lo menos he podido celebrar la misa sin mayores dificultades
y con mucha gente. Hoy los niños han ido a una de las salas de clase durante la
homilía, acompañados por los animadores. Creo que ha sido una buena experiencia,
pues la homilía ha sido para los adultos y todos nos hemos sentido más a gusto
con la situación que se ve necesaria.
Sigo tomando
comprimidos para el paludismo y sigo sudando, aunque hoy también hace tanto
bochorno que ya no sabes por qué sudas. La lluvia acaba viniendo al final de la
tarde y refrescando un poco el ambiente.
Estoy flojo, pero participo en la oración de la
tarde y, aunque sigo sudando, por lo menos las sensaciones son buenas. No hay el
cansancio de otras veces y el estar con los otros es
agradable.
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