Hoy los
muchachos descansan del trabajo del terreno, pero lo toman por la mano un grupo
de gente de un pueblo y hacen en varias horas lo que los chavales han hecho
durante días… Lo que es la costumbre de trabajar en algo
concreto…
Uba ha ido
a buscarlos al pueblo por la mañana y los vuelve por la tarde, al mismo tiempo
que vamos a los pueblos los miércoles.
A pesar de
que hemos salido de casa temprano, el tiempo se nos pasa recorriendo caminos
(volvemos a los que han trabajado en la finca a su casa), y cuando llegamos al pueblo al lado del
río Sewa, ya en la hora pasada.
No tardan mucho
en componerse y venir a la escuela que hace de iglesia y allí empezamos cantando
y leyendo el evangelio. Ha venido con nosotros Daniel, el que lidera la coral en
Nyargorhun y con él catamos varios cantos y acaba hablándoles de la experiencia que ha vivido con su
mujer y cómo se entienden, a pesar de que haya discrepancias. A la gente, que
hoy han venido el doble, les agrada lo que cuenta y prometen rezar juntos en la
familia.
En Valehun
nos están esperando, pero no han hecho los deberes de la semana pasada, pues
sólo una señora habla de que ha rezado con su marido y reconoce que muchas cosas
han cambiado y por eso le da las gracias a Dios. Yo aprovecho para hablarles del
cambio que queremos hacer del día de la oración. Esperemos que se acuerden la
semana que viene.
El tiempo se nos
ha ido pasando, el camino está en mal estado y el tiempo para hacerlo es grande,
pero al final todo llega, aunque sea tarde, pues llegamos a casa a las nueve
pasadas. Cenar, ver el correo y hacer la crónica son las cosas que voy haciendo
lo más pronto que puedo, así no me olvido.
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