Uba se va
pronto a los pueblos y yo voy a Mattru en taxi-moto. Llego con antelación y veo
lo que pasa antes de la celebración y a la hora a la que la gente llega nos
vamos saludando y voy tratando de estar cercano a ellos.
La misa
transcurre por los cauces normales y al final les anuncian la reunión que
tuvimos el jueves. Después de la misa tengo un momento de encuentro con el
catequista. Hablar es bueno y a todos nos gusta que nos escuchen y me hace falta
estar cerca de la gente y que vean que quiero estar con ellos.
También
hoy hay problemas con las motos a la vuelta y junto con el catequista nos
recorremos un buen trecho del camino antes de encontrar una, pero hemos podido
hablar un buen rato de muchas cosas, lo que nos ayuda a los dos en nuestra
relación personal.
Hay luz y
he logrado lavar la ropa en la lavadora. Por lo menos el domingo parece que la
corriente está mejor y hasta la lavadora funciona, cosa que durante la semana no
logra encenderse a cuenta de la poca potencia. También hace calor suficiente
como para pensar en una lluvia, lo mismo que hizo anoche dos veces.
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