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jueves, 18 de diciembre de 2014

18 de Diciembre de 2014

Jueves

   Durante la noche he dormido poco y he sudado bastante. Me levanto cada vez que estoy mojado y sigo empapando camisetas, pero eso es lo normal para vencer el paludismo, sudar.
        Por la mañana estoy cansado, pero trato de hacer vida normal. Los oídos me retumban y tengo dificultades para escuchar conversaciones, pero es el efecto de los antipalúdicos y hay que esperar unos días a que se pase.
       Leo, estudio un rato, descanso, duermo y sudo, lo que me dice que la cosa avanza en la buena dirección.
        Han ido a trabajar a la finca la gente de Mattru y voy por la tarde a encontrarme con ellos y a visitar a la gente del pueblo como cada jueves. Los niños te vienen a saludar y se te cuelgan… Donde nos están diciendo que no hay que tener contactos… Pero no hay forma, pues los niños son así y así se les acepta.
       Vuelvo a casa y me siento cansado, pero una ducha y un poco de sueño me dan nuevos ánimos. Hay que dar tiempo al tiempo y que la cosa pase. El hecho de salir te despeja un poco y te ayuda a olvidar lo que estás pasando, cuando ves a los otros con sus dificultades las tuyas toman menores dimensiones.
         Seguimos esperando el contenedor que ya está en el puerto, pero ahora falta algún papel. Por suerte tengo conexión durante un buen rato con Loli en Santander y a través de ella y su teléfono, con la familia. Me da mucha alegría el poder hablarnos y el vernos a través de la cámara. Después de hablar un rato la conexión se cortó y no hubo modo de volver, pero por lo menos nos pudimos comunicar.

      Ahora creo que ya se puede decir que ha dejado definitivamente de llover, pues hace unos días que no tenemos ni gota de agua y va llegando el harmatán, pero muy suave para lo que estoy acostumbrado en otros sitios.

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