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domingo, 21 de diciembre de 2014

21 de Diciembre de 2014

Domingo

  He pasado la noche regular y no he dormido mucho. La cabeza me resulta pesada y los oídos me zumban, pero sé que son los efectos del os antipalúdicos. A pesar de ello me siento bastante bien y estoy dispuesto a afrontar el domingo con ilusión. Como hay harmatán, hace fresco. La ducha ahora es fresca y te hace despertar… Seguimos sin luz y esperando a que amanezca para ver para hacer algo.
      Uba sale temprano para Tikonko y Paul, que ha venido de Lungi, va a decir la misa en Towama, el sitio que se supone que me tocará a mí después de Mattru. Yo espero al obispo, que viene puntual conduciendo su coche y juntos vamos hacia el pueblo que ya conoce porque ayer se dio una vuelta para conocer in situ los terrenos.
        La llegada es unos minutos antes de la hora. Nos reciben amables. No hay una enormidad de público, pero el hangar que hace de iglesia está lleno. La gente aplaude y canta. Nos presentamos, les saludamos y vamos a revestirnos en las mesas que han preparado al efecto.
       La misa comienza a la hora, en lengua local y el obispo de forma muy sobria y llana se expresa con la gente, que varias veces le aplaude cuando habla. Las lecturas las han hecho hoy en inglés y lo que les sorprende es que yo he optado por leer el evangelio en su lengua y hoy lo hago por primera vez. Su sorpresa es grande, lo mismo que su alegría y repiten los aplausos en el momento en el que el obispo hace el comentario elogioso a la lectura que he hecho.
       Creo que es un momento importante para la vida de la comunidad la vista del obispo y le doy las gracias por su presencia, a la vez que hablamos de que se trata de pensar en una nueva parroquia y la necesidad de terrenos y otras provisiones que corresponden a la diócesis.
      La misa acaba, el obispo nos trae de nuevo a casa. Nos da las gracias por el trabajo que hacemos y nos anima a seguirlo. Nosotros le agradecemos su presencia, su cercanía y su interés por lo que hacemos en la diócesis y nos despedimos hasta mañana, pues tendremos juntos una misa en la catedral para comenzar el año de la vida religiosa.

En la Consagración con el obispo


En la oración

         Un rato después de nosotros llega Uba y me invita a ir a Towama, donde Paul está diciendo la misa, así puedo conocer a la gente y pensar en el encuentro que tendremos el día de navidad con ellos par la misa, pues la de la noche no tendrá lugar, ya que el gobierno ha dicho que todas las celebraciones acaben antes de las cinco de la tarde y nos ha parecido que como no tienen costumbre, que es mejor dejarlo por este año.
         Paul está aún diciendo la misa y esperamos un rato a la sombra de un árbol, pues ahora ya calienta bien el sol. La iglesia es pequeñita, ya hay otra en los cimientos, prevista para sustituirla, pero está llena hasta los topes y después de acabada la misa cuento los que salen y hay más de un ciento. Luego nos dicen que suelen ser alrededor de ciento veinte, ahora que no están los de la universidad, que es el pueblo en el que está la universidad, pero como ahora todo lo que es enseñanza está cerrado, los estudiantes no han venido.
        Me siento a veces cansado, pero no demasiado. Después de comer me echo una buena siesta y despierto bastante más en forma, lo que me permite leer la prensa digital, los correos y hacer la crónica. Ha venido la luz, pero también se   va de vez en cuando, lo que no te da ninguna seguridad de cuanto tiempo vas a disfrutar de ella.

        Seguimos esperando noticias del contenedor, pero por ahora nada sabemos. Esperemos que no tarde mucho.


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