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sábado, 20 de diciembre de 2014

20 de Diciembre de 2014

Sábado

    No duermo mucho, pero como tampoco hace calor, no hay los sudores de otros momentos. Hacemos la oración de la mañana y Uba sigue con los problemas estomacales. Limpio un rato la habitación y trato de hacer lo mismo por los alrededores de la casa. Me siento cansado muy fácilmente, pero es lo normal después de la malaria.
       El obispo habla con Uba y le confirma que mañana estará en Mattru conmigo. Me llama por la tarde y me dice que me viene a buscar a casa.
       La mañana la paso entre el ordenador, escribiendo correos a unos y otros y limpiar cosas de la casa, además de leer y sentarme de vez en cuando para no olvidar que he tenido paludismo.
         Después de la siesta, leo un rato y vamos a Nyargorhun para la reunión con los matrimonios. El estado de la pista es bueno y nos lleva menos tiempo, lo cual se agradece, aunque el polvo es cada vez mayor a cusa de la sequía.
        En el pueblo la gente nos recibe con alegría. Voy por las casas saludando a la gente y hago alguna foto de lo que están haciendo, los niños en particular, mientras vamos haciendo tiempo para que las parejas se reúnan.
       Hoy están bastantes y me dicen que la semana pasada, en mi ausencia, han hablado de la cuestión del terreno para edificar la iglesia. Por una parte es un avance, pero por otra es una huída, pues se reúnen para hablar de la vida de las parejas. Se lo hago ver y les animo a seguir adelante.
           Les he leído el evangelio en su lengua. Es la primera vez que me oyen leer el evangelio y están admirados y contentos, tanto que al acabar aplauden y se muestran admirados de que pueda leer así. Ellos van a la escuela y les enseñan inglés y su lengua raramente tiene la “calidad” que pueda tener en inglés… Como conozco la situación en otros sitios, me he esforzado en aprender y mostrarles la dignidad de su lengua y que merece la pena leerla y escribirla, no sólo hablarla.
          No tienen mucho que comentar y por eso les digo si no estamos dormidos en la estera en vez de estar trabajando en el campo. Creo que comprenden la imagen y me prometen que para la semana que viene veré si están despiertos. Les recuerdo que es la fiesta de la Sagrada Familia y la fiesta de las parejas… No creo que este año celebremos la cosa con grandes festejos, si además la administración está alertando de no hacer reuniones…
         Uno de los maestros se acerca y me dice que tenga cuidado con Cassama, pues ha habido muertos. Me sorprende, pues hemos estado ayer y no supimos nada… Y es que la defunción debió ser por la noche y los musulmanes entierran rápido y lo hicieron esta mañana. La noticia ha corrido y me la cuentan. Esperemos que sea muerte no confirmada de ébola porque si no la cuarentena va a ser larga.
         Y aquí vemos la “inseguridad e intranscendencia” de unas noticias y otras. Lo que ayer era cierta seguridad de no ébola, hoy parece ser todo lo contrario. Y la cuestión es a qué carta te quedas. Esperemos que a la no ébola…

         La vuelta a casa es tranquila, pero en el control de la policía a la salida de Tikonko está también el ejército. Hay unos cuantos militares, fusil en ristre, que se ve que están dispuestos a pasar la noche de guardia. El gobierno quiere evitar los contagios y pone los medios que puede para controlar los desplazamientos. Por la tarde a partir de las siete ya no se circula si no tienes permiso. Como nuestro coche tiene el permiso, nos dejan pasar sin problemas, pero en todo el camino encontramos únicamente una moto, que imaginamos que tendrá sus problemas a la hora de pasar el control.

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