Vistas de página en total

domingo, 26 de mayo de 2019

26 de mayo de 2019

Domingo

Me he levantado con ánimos y, favorecido por la presencia de la luz, he podido organizar el aseo y los preparativos con cierta presteza. Voy a Nagoyon donde comienzan rezando el rosario y poco a poco van llegando los fieles. Podemos comenzar un poco antes, pues son numerosos los presentes. 

En la homilía les hago ver que hay muchos retos fuera de la iglesia que tenemos que afrontar y que espero lo vayan haciendo con decisión y que hasta ahora sigo esperando que se hagan realidad, pues hay algo que he escuchado como “vamos a hacer”, pero a día de hoy nada veo que se vaya realizando, esperemos que durante el mes de junio las cosas se vayan sentando. 

En Tikonko tenemos un buen número de gente y les hablo de la regularidad en la presencia y de crear comunidad a partir de un trabajo en equipo, algo que veo lejano, pero posible. Ya he comenzado a sudar y cuando paso por la finca, camino del pueblo siguiente me cambio la camina y camiseta, que están mojadas. 

En Towama hay un buen grupo rezando el rosario y también podemos comenzar incluso un poco antes de la hora, pues casi todos están presentes. Les felicito por su temprana presencia y les animo a seguir rezando y reparando la venida del espíritu y la construcción de su iglesia. 

Después de comer vamos a Mattru para la reunión mensual y resulta que hay dos caminos. El primero está cortado por un puente en construcción y no acabado y el segundo tiene un árbol atravesado que ha tirado el viento… Voy en una moto que me lleva sin problema. La reunión resulta concurrida y con variadas propuestas y para acabar, nos dan un arroz bastante bien preparado y de postre se nos descuelga la lluvia… Salir de un pueblo lloviendo no es empresa fácil si además tienes que buscar una moto que te quiera llevar. 

Por suerte unos y otros van encontrando solución y a mí también me llega el turno, alguien que en mangas de camisa se ofrece a traerme a Bo. Como no tengo otra opción, acepto lo que me pide y con un impermeable por encima de la mochila, llego sin problema a Bo. Me deja antes de llegar al asfalto y me doy cuenta de que no tiene la moto en regla. Le pago lo suyo y para llegar a casa tengo que buscar otros tres vehículos, un isocarro y dos motos y pasar por un buen charco que se ha formado con la lluvia en la calle de casa, pero contento de estar en destino, no muy calado y, después de una ducha, como nuevo. 

Ceno, rezo, sigo un poco los resultados de las elecciones y hago la crónica. Y así se acaba el día. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario