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viernes, 31 de mayo de 2019

31 de Mayo de 2019

Viernes

Último día de mes. Me despierto en forma. He dormido bastante bien y voy a rezar a Tikonko donde ya hay algunos en la iglesia y otros llegan. En el día de la visitación de María les hago ver el esfuerzo que hago para estar con ellos, pues venir desde la ciudad no es fácil y más cuando no tienes vehículo. Asienten, pero no estoy seguro de que vayan a reaccionar y traer ellos a alguien para la semana que viene. 

Me voy a Balei y hablo con el de los pozos y veo que no tiene ganas de acompañarme a Yeobiama donde tenemos el pozo. Voy andando porque no hay carretera ni moto que me lleve, y me encuentro con los del pueblo, mido el agua que hay en el pozo y veo que es muy poca. Me prometen traer arena y piedra y trabajar con el pocero cuando venga, además de vaciar el agua. A ver si es verdad. 

Aparece alguien de Potehun, el otro sitio donde tenemos el pozo en marcha y voy también a pie a ese pueblo y hago lo mismo, medir distancias y ver lo que se necesita para cimentar, pues las lluvias se acercan y pueden dañar el trabajo hecho si no se hormigona. Se necesita arena y piedra y me prometen que lo traerán. 

Vuelvo andando a Balei. Creo que he caminado en total una hora, pero estoy empapado de sudor. Por suerte tengo la camiseta para cambiarme. Estoy un rato en la escuela donde los alumnos se preparan para ir a limpiar los alrededores de la iglesia en Nagoyon y traigo a unos cuantos. Veo lo que hay y lo que tienen que preparar, pero como no tengo nada que decidir, me vengo a la finca, donde veo a los trabajadores limpiando en un sitio, que preferiría que fuera otro, pero vale más dejar hacer que ponerte en frente de algo que no es importante. 

En casa es buena hora para desayunar. Me tomo la cosa con calma, me estoy un rato echado, hoy estoy cansado, pero no molido. Andar te cansa, pero no te machaca como la moto. 

Preparo unas cartas de petición para que firme el obispo y me dice que va a venir a una reunión en el centro de pastoral. Le doy unos libros que necesitaba y estoy un rato rezando en la iglesia. No merece la pena que salga, pues sigo cansado. Recibo a los conectores que me vienen a ver y juntos proyectamos qué hacer en los pueblos con los pozos. Lo mismo hago un poco más tarde con un catequista y maestro, con lo que estamos en casi las ocho. Se ha hecho de noche. Cenamos y me voy a ver las noticias y hacer la crónica. 

Un mes se ha pasado con mucha rapidez. Sigo sin vehículo para desplazarme y mis intentos de estar con la gente no siempre llegan a hacerse reales, pero con ellos rezo y cuando estoy en la capilla también rezo por ellos esperando que pronto podamos contar con el vehículo que me permita el desplazarme y hacer lo que se espera, que esté cerca de la gente en los pueblos. 

Gracias Madre por el mes que hemos vivido y con Don Bosco te pedimos que estés cerca de nosotros y seas Tú a que hace todo.

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